En el campo no hay lazos de sangre

En el campo no hay lazos de sangre
09 septiembre 2012. deportes. fútbol. tercera división. villalonga 3 - as pontes 1

Los dos son de Morón (Buenos Aires), son familia directa, primos primeros, son futbolistas que actúan en el lateral derecho y que en diferentes etapas vinieron a España para vivir su sueño de ser profesionales. Ambos son de Boca y del Barça, comparten admiración por Messi, y son muy conocidos y queridos en Vilalonga. El domingo en Pasarón, Leo Garaycoechea y Adrián Gómez dejarán al margen durante 90 minutos todos los lazos que les unen para defender los intereses de sus respectivos equipos en el duelo entre el Pontevedra y el Villalonga.

Leo es el primo mayor. El consejero de Adrián. Tras despuntar en el equipo de su ciudad, el Deportivo Morón, Leo fichó en un grande argentino, el Racing de Avellaneda, donde compartió vestuario con Diego Milito. Estaba en el San Martín de Tucumán cuando decidió seguir su proyección en Europa. Tenía 24 años y llegó a otro Racing, el de Ferrol, en Segunda A. “No tuvo suerte, las cosas no me salieron como esperaba”. Su carrera en España es dilatada, sobre todo en equipos de Segunda B. Hace tres temporadas recaló en el Villalonga, donde a sus 36 años mantiene una forma envidiable.

Adrián reconoce que su primo siempre fue “un espejo donde mirarme y el que me animó a venirme a jugar a España”. Adrián estaba en la Segunda de Argentina, en el Nueva Chicago, con 22 años hizo las maletas y se vino a Galicia. Recaló en el Pontevedra, que hace seis años estaba en Segunda B. No tuvo oportunidades y se tuvo que conformar con jugar en el filial. Tras militar una temporada en el Villalonga, Adri regresó a Argentina, donde de nuevo recibió la llamada de su primo mayor. “Me dijo que volviese, que lo intentase y me vine”. Ambos, que ya se habían enfrentado en un duelo entre Pontevedra B y Villalonga, fueron compañeros la pasada temporada en San Pedro.

Esta campaña al fin y con 28 años a Adrián Gómez le llegó la oportunidad en el Pontevedra. “Hace tiempo que debía estar jugando” comenta su primo, “menos mal que al fin se dieron cuenta de lo válido que es”. Leo siempre ha sido un apoyo importante. “A Adri le voy dando consejos, que trate de ser positivo, él tiene proyección, le digo que siga y que no baje los brazos”.

El primo pequeño está contento este año. “No me arrepiento de haber venido. Mi objetivo es ascender con el Pontevedra y jugar en Segunda B. A Leo le tengo en cuenta todo lo que me dice, cuando uno afloja el otro está ahí para tirar para adelante. Cuando era pequeño lo miraba a él, siempre lo tuve como ejemplo, ahora con 36 años se mantiene como un chaval, espero estar así a su edad”.

El domingo comerán juntos y se irán a Pasarón, pero en el estadio enfilarán vestuarios diferentes. Leo, ya recuperado de sus problemas musculares, advierte que el Villalonga se lo pondrá difícil al Pontevedra. “No podemos regalar puntos, los dos equipos tenemos necesidad por nuestras diferentes aspiraciones y nos jugamos mucho”. Leo no descarta repetir el asalto a Pasarón, donde el año pasado los celestes ganaron 0-1. Adrián vivirá el partido en esta ocasión en el bando local, el de los favoritos. “Al Villalonga le tenemos mucho respeto, es un histórico en Tercera, ya sabemos lo que hay, tiene jugadores con mucha experiencia, venimos de perder en Ferrol y queremos hacer de Pasarón un fortín” advierte el primo pequeño.

Será un partido especial, incluso podrían verse las caras en la misma banda. En el campo no habrá lazos de sangre, pero cuando finalice el duelo, Leo y Adrián retomarán su cotidiana relación en la que tantas cosas los une.

En el campo no hay lazos de sangre

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