Yasin Kanza, el marroquí de 25 años detenido este miércoles en Algeciras (Cádiz) tras haber matado con un machete a un sacristán y herido a otras cuatro personas, entre ellas un sacerdote, residía en España desde 2019 y desde el pasado mes de junio tenía pendiente su expulsión al estar en situación irregular.
Fuentes próximas a la investigación han señalado a EFE que el detenido entró de forma irregular en España en 2019, si bien no han precisado la manera en que lo hizo.
El Ministerio del Interior sí ha detallado que sobre el arrestado se abrió un expediente de expulsión por situación irregular en junio pasado. Al tratarse de un procedimiento administrativo con todas las garantías, su ejecución "no es inmediata".
Kanza residía con otros dos jóvenes en una vivienda ocupada situada en la calle de Sevilla de la localidad gaditana, que anoche fue registrada por la Policía Nacional que también interrogó a otras personas de origen magrebí que no han sido, por el momento, detenidas.
Aunque no contaba con antecedentes policiales de ningún tipo ni en España ni en otros países de la UE, sí estaba en el punto de mira de las fuerzas de seguridad debido a su radicalización, según las mismas fuentes, si bien desde el Ministerio del Interior señalan que no estaba "siendo seguido por agentes de información o de otros grupos policiales, ni en los últimos días ni anteriormente".
De momento Kanza permanece en dependencias policiales en espera de ser trasladado a Madrid y ser puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional donde le tomará declaración el juez de refuerzo Joaquín Gadea, han indicado a EFE fuentes jurídicas.
Fuentes próximas a la investigación han indicado a EFE que Kanza gritó “muerte a los cristianos” y “Alá es grande” mientras perpetraba su acción.