CAMBADOS - Una oferta de un millón de pesetas por perros muertos: el inicio de una sospecha

Cuando Olga Costa daba los primeros pasos para la constitución del Refugio de Animales, tal y como hoy se conoce, recibieron una jugosa oferta que les hubiera permitido convertir sus humildes instalaciones en un centro casi de lujo. Nada menos que “un millón de pesetas por animales muertos”, según ha relatado ella misma. La cambadesa indica que la inexperiencia no les permitió ver con claridad que tras esta propuesta podía esconderse un asunto grave aunque sí le olía a chamusquina. “En aquel tiempo había rumores de que se utilizaban para piensos pero no tenías pruebas”, apunta al respecto. Sin embargo, han pasado 12 años y la asociación ha comprobado la existencia de centros con prácticas poco éticas hasta llevar dos escudriñando un asunto que ha dado la vuelta al país y que gracias a una investigación realizada por agentes del Seprona de Vigo está en los tribunales.

Costa afirma que cuando el caso salió a la luz pública recibieron llamadas amenazadoras de anónimos

investigación
Se trata del desmantelamiento de un grupo que presuntamente vendía materia prima con restos de cadáveres de perros y ovejas de nivel 1, es decir, mascotas o ganadería enferma cuyo único destino puede ser la destrucción, para la elaboración de piensos. Estos resultados vienen dados por los análisis de ADN practicados por los investigadoras en una planta transformadora de grasas animales, en Salamanca, y un juez de Ponteareas ha admitido la denuncia del Seprona por un presunto delito contra la salud pública y falsificación documental.

implicación de marcas
Entre otros, el Refugio se ha presentado como acusación particular, en un principio, por estafa pues muchos usuarios presentaron facturas conforme pagaron una incineración individual de su mascota pero eran colectivas. Sin embargo, el asunto ha alcanzado una dimensión mayor, sobre todo, cuando se descubrió una nave en As Neves con unas 15 toneladas de restos de animales fallecidos que, presuntamente, se destinarían a la planta salmantina. Es más, según Costa, estarían implicadas unas 40 marcas, entre ellas una de Holanda y otra de Portugal, y la primera retiró el producto del mercado. “Presuntamente estaríamos ante una estafa porque los consumidores tenemos derecho a saber el origen de los piensos que les damos a nuestros animales”, apunta la cambadesa.
Sus preguntas y pesquisas han incomodado a anónimos. “Hace un par de meses recibimos llamadas amenazadoras, desde números ocultos, se reían, decían “shhh”, como pidiendo silencio... Todos las profesiones tienen su riesgo pero lo nuestro es voluntario, no cobramos nada y aún así... Creemos que es lo que tenemos que hacer”, añadió la presidenta de la asociación.