Cuatro años y este procedimiento: Así se podrá legalizar el tinto de Barrantes

Cuatro años y este procedimiento: Así se podrá legalizar el tinto de Barrantes
El conselleiro, alcalde y resto de autoridades, en la visita de esta tarde a Leiro | cedida

Conseguir el registro y legalización del vino tinto de Barrantes, permitiendo su comercialización, es una de las eternas aspiraciones de las que siempre se habla, pero sin poner fecha. Hoy se dio la primera. Cuatro años. Es el tiempo estimado, en el mejor de los casos, que manejan la Xunta y la Estación Experimental de Viticultura e Enoloxía de Leiro (Evega). 


El conselleiro do Medio Rural; José González, la visitó esta tarde, junto al alcalde, David Castro, y otras autoridades. Era un “día moi importante para Ribadumia”, valoró el regidor, por cuanto “comeza” un procedimiento que, aunque muy técnico y con una larga lista de exigencias, permite tener una hoja de ruta clara para conseguir la comercialización de este tinto. “Hoxe expresamos a vontade decidida da Consellería para conseguir o rexistro e comercialización deste viño tinto”, sentenció el conselleiro. Se trata de un proceso largo, pero no imposible, porque la estación ya lo ha conseguido para alguna otra variedad.


Cuestión de ADN

Manuel López, subdirector de Formación, Innovación e Investigación Agraria de la Axencia Galega da Calidade Alimentaria, desgranó ante los presentes los pasos a seguir para conseguir la inscripción de “folla redonda” como variedad autorizada para la producción de vino.


El paso fundamental será analizar el ADN de estas plantas: La inscripción para la producción de vino solo será posible si en su genética hay rastro de alguno de los cientos de variedades de Vitis vinífera. O lo que es lo mismo, aunque la “folla redonda” es un híbrido, será posible la legalización si entre sus antepasados hay antecedentes de esta especie vegetal. 


Para ello, la Evega deberá buscar, seleccionar y extraer material genético de al menos quince plantas productoras de tinto de Barrantes, que se deberá enviar a un laboratorio para obtener esta información genética. En la estación son optimistas y creen que el resultado podrá ser positivo para alguna de las plantas seleccionadas. 


A partir de ahí, se abren otros dos frentes: El registro de la variedad y la demostración de su potencial vinícola. Ambos suponen más pasos y trabajo técnico. Serán necesarios ensayos que prueben que se trata de una variedad “estable, diferente e homoxénea”, y acreditar documentalmente su “antigüidade, interese e adaptación local ao territorio”.

 

Dos frentes más

Solo para coronar el segundo frente, el del registro, se deben superar nueve etapas, entre las que figuran la identificación de parentales, la evaluación de ausencia de enfermedades transmisibles, obtención de planta injerto y, finalmente, la entrega de todo el material y resultados a la Oficina Española de Variedades de Vid, del Ministerio de Agricultura. Aquí tendrá lugar el grueso del procedimiento. Al menos en cuanto a tiempo, porque esta oficina, tras estudiar todo el material recibido, deberá hacer sus propias investigaciones sobre la “folla redonda” y la estimación es de un “mínimo de catro anos” para que obtenga sus propias conclusiones, realizando dos ciclos productivos continuados de las plantas.


El tercer frente, la inclusión de la “folla redonda” en el potencial vitivinícola de Galicia, supondrá la elección de dos parcelas productoras de este tinto y su estudio y comparativa con otras dos parcelas “testigo”, en las que se cultivará “caíño tinto” u otra variedad bien conocida. Se analizará entonces su resistencia a virus y se seguirá el ciclo fenológico de la plantación, con controles que determinen cuándo es su periodo óptimo de maduración y vendimia, para terminar analizando el rendimiento de la cosecha por cepa, los mostos y el vino producido. 


Todo el periplo sería de un horizonte de “seis anos”, pero un estudio previo de la estación de Leiro sobre la resistencia del Barrantes a ciertas enfermedades ha adelantado entre un año y medio o dos los trabajos técnicos necesarios, con algunos de los trámites ya resueltos.

 

La historia del Barrantes

La introducción de la variedad “folla redonda” en O Salnés se produjo a finales del siglo XIX, a consecuencia de una necesidad: Una plaga de filoxera arrasó buena parte de la vid en España y había que buscar plantas resistentes al insecto americano. La “folla redonda” se demostró como altamente resistente y así se extendió por la comarca. Hacia los años sesenta se prohibió su cultivo, pero la variedad estaba ya ampliamente distribuida por la zona de Barrantes, hasta el punto de adquirir el nombre del propio topónimo. Y de alumbrar una fiesta que pervive hasta hoy y que, justamente, en este 2023 hará 50 años. Una fecha redonda para un paso que, ahora sí, el sector espera sea definitivo. 

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