A Illa de Arousa celebró ayer una fiesta de San Cristóbal extemporánea, pero muy concurrida y a la vez divertida. Fueron muchos los vecinos que engalanaron sus vehículos de la mejor forma posible: con estilo “hawaiano”; llenándolo de peluches por dentro y por fuera, y con alguno tan grande que casi era como un pasajero; con guirnaldas en paracoches y techos; adornos simulando el rosco del famoso programa Pasapalabra y muchos globos agarrados a las carrocerías. No faltó la bendición en nombre del protector de los conductores y el sacerdote lo hizo subido a un remolque mientras que los turismos iban pasando, tampoco la procesión entre el sonido de cláxones.
En definitiva, fue una jornada de muy bien ambiente, gracias también a que la climatología se portó. La organización entregó unas pegatinas identificativas a los participantes y al caer el día, ofreció actuaciones con los grupos D. Noche y Mar d´Arousa, poniendo el broche a una celebración que, lo habitual, es que tenga lugar en julio, cuando se conmemora el día de San Cristóbal y que hace tiempo era también una fecha señalada en el calendario isleño de actos. Pero como dice el refrán: “Nunca es tarde si la dicha es buena”.