Los sondeos del CSIC en San Sadurniño revelan bastantes restos de construcciones y la planta de la capilla

Obtienen una especie de radiografía del subsuelo con herramientas que en As Torres de Catoira no han funcionado bien
Los sondeos del CSIC en San Sadurniño revelan bastantes restos de construcciones y la planta de la capilla
Uno de los investigadores del Incipit durante los sondeos realizados el año pasado en San Sadurniño | CEDIDA

Las prospecciones arqueológicas realizadas en San Sadurniño (Cambados) con diferentes tecnologías han ofrecido unos resultados muy positivos y confirmarían las conclusiones alcanzadas tras la excavación de 2021. Estos sondeos no invasivos han permitido crear una especie de radiografía del subsuelo donde se puede ver “bastante densidade de construcións e a máis clara, o que podería ser a planta aproximada da antiga capela”, explica César Parcero Oubiña. 


El científico lidera el equipo del Instituto de Ciencias del Patrimonio que está ejecutando el convenio entre CSIC y Diputación (Arqdepo2) para mapear ocho yacimientos de la provincia con diferentes técnicas de detección de restos, para ver si resulta interesante abrir la tierra. La primera parte se ejecutó el año pasado y también incluyó Chozos de Alén (Fornelos de Montes), Canos dos Mouros (Oia), Castrolandín (Cuntis) y As Torres do Oeste (Catoira), donde falta una “pequena fase”, pero los resultados no son muy prometedores. 


Según el investigador, “funcionaron moito peor porque hai moito recheos da construción da ponte, das festas... que alteran moito o sinal e non obtivemos resultados practicamente útiles”. Y es que aunque se trata de “técnicas moi potentes” que han revolucionado la arqueología, no son la panacea y a veces no son la mejor opción, pues dependen mucho de la composición del suelo, la remoción de terrenos a lo largo de los años... También el tipo de materiales a observar, pues, por ejemplo, “a madeira é máis difícil de detectar”, detalla. De hecho, en Oia pudieron ver la planta de una cabaña castreza “practicamente perfecta”.

 

CSIC As Torres oeste catoira
Los trabajos realizados en el entorno de As Torres de Catoira | CEDIDA

 

El Castro Alobre de Vilagarcía, en unos meses

La segunda fase se ejecutará este año en los castros de Garellas (Forcarei) y Alobre (Vilagarcía), así como en los petroglifos de Gargamala (Mondariz). Respecto al vilagarciano, prevén actuar entre primavera y verano y son conscientes de que se trata de un yacimiento “moi alterado por moitas cousas: está no medio do centro urbano, nun entorno edificado e nun parque”. Así que van a centrarse en una zona plana, la más alejada del mar, para comprobar si el poblado también se extendía hacia aquí, “e se atopamos indicios, ao mellor se fai algunha sondaxe pequena, de abrir un par de metros cadrados para ver que restos hai”, añadió el también coordinador de la especialidad de tecnologías geoespaciales del Incipit. 


El equipo refleja todos sus hallazgos en un informe que dirigen a las instituciones implicadas, incluyendo los concellos, porque el objetivo del convenio es “intentar coñecer un pouco máis intervindo o mínimo posible, sen grandes movementos de terras e así ter a información de se paga a pena executar unha intervención máis grande”. También divulgar, así que harán presentaciones públicas en todos los municipios.

 

Edificaciones de la casa-torre

Cambados había dejado la posibilidad encima de la mesa y con la intervención del CSIC, los indicios de aquella excavación son más sólidos. El investigador explica que en San Sadurniño usaron dos técnicas de prospección basadas en la geofísica y que se complementan, ofreciendo una visión bastante precisa de estructuras enterradas. Para ello, sondearon el islote de A Figueira con un gradiómetro, que detecta cambios en el campo electromagnético de la Tierra alterado por la presencia de restos, y un georradar, que va mapeando la profundidad del suelo y, por ejemplo, si hay un muro, rebota antes. 


Así se ha creado un mapa, como una radiografía de lo existente bajo el suelo donde, “o máis claro”, sería la planta de la capilla románica del siglo XII, certificando la conclusión del equipo de Ezequiel Mallo, que en 2021 halló una estructura de aspecto rectangular y grandes perpiaños, y bien labrados. Asimismo han visto “bastantes restos de construcións que poderían corresponderse a alpendres, almancéns... Xa sería preciso escavar para saber máis”. El científico señala que podrían ser parte del complejo de la Torre de San Sadurniño y menciona el trabajo del historiador cambadés Sindo Mosteiro, que supuso un antes y un después. Adelanta su construcción a entre 1490 y 1529, desmitificando que era un sistema defensivo contra invasores extranjeros. Plantea que es una casa torre como otras, que los señores tenían como punto de referencia de sus tierras y con usos diversos.


Hay evidencias de que el islote de San Sadurniño estuvo habitado desde tiempos inmemoriales y hasta el siglo XVII, pero poco más se sabe y, de hecho, aún existe información errónea en canales oficiales.

 

 

 

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