A contracorriente

La coherencia es posiblemente una de las cualidades que la ciudadanía más valora de sus políticos. Pero, sin embargo, ni es una cualidad presente en toda la clase política ni una virtud de la que pueda hacer gala un PSdeG que lleva años a la deriva y que parece más centrado en salvar al soldado Sánchez que en defender los intereses de Galicia. De hecho, solo así se explica lo mucho que les ha costado a los socialistas gallegos admitir la necesidad de que nuestro litoral debe gestionarse en Galicia y no desde un despacho de Madrid.


Mientras desde el Partido Popular llevamos años reclamando que se transfieran a Galicia las competencias en materia de gestión del dominio público marítimo-terrestre, los socialistas han ido cambiando de opinión en función de su conveniencia y a día de hoy todavía no está demasiado claro si apoyan o no esta demanda. Depende de a quién se le pregunte.


Al principio nos llamaban alarmistas a todos aquellos que defendíamos los intereses de todas esas empresas del sector mar-industria asentadas en el litoral y a las que Pedro Sánchez quiere desalojar de un modo o de otro. Luego se inventaron la excusa de que para asumir las competencias costeras había que reformar el Estatuto de Autonomía, aún sabiendo que esto es rotundamente falso y que no fue excusa cuando Zapatero transfirió a Cataluña y Andalucía lo que a Galicia nos niegan.


Al final, entre excusa y excusa, el paso del tiempo acabó transformando la alarma en hechos consumados y el PSdeG por fin cayó de la burra. O al menos eso parecía. Porque mientras Valentín González Formoso defiende ahora a capa y espada la transferencia de las competencias de gestión del litoral gallego cual héroe quijotesco, su fiel escudero y Secretario General del PSOE de Vilagarcía le sigue la comparsa. Aunque me pregunto si Julio Torrado sabe que sus compañeros de agrupación local votaron en contra de eso que él y los socialistas gallegos en su conjunto supuestamente defienden. Me imagino que no, porque sería de una profunda incoherencia.


El caso es que el PSOE fue el único partido que votó en contra de la moción que el Partido Popular de Vilagarcía presentó en el último pleno municipal reclamando, precisamente, que el Gobierno central transfiera a Galicia las competencias de gestión sobre el dominio público marítimo-terrestre. El único partido que votó en contra en ese pleno municipal y la única filial del PSOE que votó en contra en toda la provincia. Porque se da la paradoja de que esa misma moción sí fue apoyada por los socialistas de concellos como O Grove, Cambados, Bueu... ¡Ni en Vigo fueron capaces de votar en contra!


¿Por qué el mismo texto que apoyan el resto de socialistas no les sirve a los socialistas vilagarcianos? ¿Por qué el presidente de la Federación Gallega de Municipios y Provincias decide votar en contra de una cuestión vital para los 82 municipios costeros de Galicia? Son muchas las preguntas que se quedan sin respuesta lógica ante una incoherencia de manual. De ese manual al que el PSOE gallego y “sanchista” nos tienen ya acostumbrados y que lleva a los socialistas vilagarcianos a situarse, en definitiva, a contracorriente.

A contracorriente

Te puede interesar