Hablar por hablar y hablar haciendo

Han pasado ya muchas cosas y mucho tiempo desde que en octubre del año pasado, durante su último debate sobre el estado de la Autonomía como presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo anunciase la gratuidad de todas las escuelas infantiles gallegas para este curso. Un anuncio que muchos tacharon de electoralista y otros incluso se atrevieron a cuestionar, pero que en tan solo unos días se hará realidad. De modo que este curso todos los niños y niñas gallegas de 0 a 3 años tendrán educación gratis, sin excepciones y sin trámites burocráticos. Porque así es como entendemos la política desde el Partido Popular: hablar haciendo, no hablar por hablar.

Gracias a esta medida pionera en toda España, más de 30.000 familias gallegas ahorrarán de media casi 2.000 euros por hijo. Lo que supone sin duda un alivio en este contexto de dificultades y crisis económica en el que estamos sumidos actualmente. Porque si ya de por sí la cuesta de septiembre es empinada, este año se ha convertido en una pendiente de difícil escalada para muchas familias. De ahí que la situación exija que las administraciones se impliquen para hacer más fácil la vida a la gente y no poner aún más piedras en el camino.

La Xunta ha cumplido sus deberes para este nuevo curso y no se ha limitado solo a financiar la gratuidad de las escuelas infantiles, sino que continúa manteniendo congeladas las tasas universitarias (las más bajas de España, por cierto) y ha aumentado en casi un 50% las ayudas para la adquisición de libros de texto y material escolar. Medidas que contribuyen a que Galicia siga liderando todos los rankings nacionales sobre calidad educativa y, sobre todo, a que las familias reciban el apoyo que necesitan ahora más que nunca.

Un apoyo que, por desgracia, no encuentran por parte del Gobierno de España. Porque mientras que Feijóo se fue a Madrid dejando las escuelas infantiles gallegas gratuitas, la exministra Celáa se fue al Vaticano con su peineta y sus perlas dejándonos una nueva Ley Educativa que pone fin a la cultura del esfuerzo, rebaja el nivel educativo y cuya aplicación ha sido caótica. Una ley que fue aprobada tarde y que provocó, entre otras cosas, el retraso de las editoriales para adaptar los libros de texto a los nuevos criterios y currículos. Lo cual pone en riesgo la economía del sector de las librerías y de las comunidades educativas de todo el país.

Pero si hay algo que va a marcar este nuevo curso en el caso concreto de Vilagarcía, eso será sin duda la puesta en marcha del CIFP Fermín Bouza Brey. Un centro que será una referencia para toda la comarca y que es el resultado de la apuesta de la Xunta por hacer de la Formación Profesional una formación útil, enfocada hacia el futuro, con prestigio y confianza. Un centro que dotará de oportunidades laborales a nuestros jóvenes y que situará a Vilagarcía en el centro de esa “revolución silenciosa” que viene experimentando la FP en Galicia durante los últimos años.

Pese a las críticas sin fundamento, pese a los argumentos que priman los intereses partidistas y personales al bien común, pese a todos aquellos que se dedican a hablar con el único objetivo de sembrar alarma y confusión entre las familias (aún sabiendo que no hay razón para ello)... Pese a todo esto, la Xunta y el personal de los centros implicados en la puesta en marcha de este CIFP han hecho sus deberes y una vez más se evidencia que mientras unos hablan por hablar, otros hablan haciendo.

* Diputada del PPdeG en el Parlamento de Galicia.

Hablar por hablar y hablar haciendo

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