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miércoles | 8 mayo | 2024
La campaña del vou de vara arrancó ayer con escasas capturas y precios bastante buenos, pero con un mal presentimiento. Los últimos muestreos indicaban una baja presencia de recurso de volandeira y, aunque fue el primer día y aún es pronto para lanzar conclusiones, los marineros se temen que no será muy buena.
Más de un centenar de embarcaciones de Rianxo y Cambados se hicieron ayer a la mar para capturar, sobre todo, la estrella de la campaña: la volandeira. En la lonja rianxeira se colocaron unos 1.500 kilos y 2.500 en la cambadesa, que se vendieron en una horquilla de entre 6,90 euros y 2,30 euros, aunque la media fue de unos 4,70 euros; unas cifras que distan a las logradas en la misma jornada del año pasado.
Al inicio de la campaña de 2014, las capturas fueron algo más elevadas y están muy lejos de las de 2013, cuando tuvo lugar una campaña muy buena. No obstante, la oscilación en los precios ha sido hacia arriba.
Con todo, el presentimiento es negativo y de que pronto se confirmará en el mar lo que ya han dicho los muestreos: que el recurso es escaso. “Non pinta moi ben”, declaraba el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores San Antonio de Cambados, Ruperto Costa, aunque siempre desde la prudencia que supone hablar sobre el arranque de la campaña. En Rianxo, su homólogo, Miguel Ángel Iglesias, tampoco era muy optimista aunque refirió que los precios “non están mal”.
Ambas cofradías decidieron estipular unos topes que les permitan prolongar la campaña lo máximo posible ante este panorama y también evitar una excesiva entrada de producto que pudiera tirar los precios. Así, se ha estipulado un máximo para fresco de 35 kilos por tripulante y otro de 50 kilos para la que se captura con destino a la industria. También acordaron un precio mínimo de 1,5 euros, como el año pasado.
Respecto a otras especies capturadas con este arte, también reinó la escasez. Según el patrón rianxeiro, sucedió sobre todo en las que aportan más valor, como la nécora y el chopo. Algún lote de la primera se llegó a vender a 25 euros el kilo y el precio más bajo alcanzado fue de unos siete euros. Por contra, otras de menor aprecio en el mercado abundaron, como el lorcho y la faneca, hasta el punto de que se vendieron baratas y de la última hasta sobró un lote.
