Castro supera la moción de censura y anuncia un preacuerdo para A Comboa

Castro supera la moción de censura y anuncia un preacuerdo para A Comboa
Los socios renovaron su confianza en Antonio Castro durante una asamblea tensa ferreirós

Antonio Castro continuará siendo el presidente del Liceo Casino aunque él mismo se pone un límite: Si no sale adelante un proyecto en marcha para las instalaciones de A Comboa, se planteará dejar el cargo al considerar que no es la persona “adecuada”, tal y como transmitió a la asamblea.

Lo hizo tras perder una moción de censura en la que los críticos contaron con el apoyo de solo 33 (tres más de los que firmaron la carta) de los 79 socios que asistieron a la asamblea en la sede de Castelao.

El sector que tuvo como portavoz a José Luis Blanco no supo, eso sí, exponer una alternativa que fuera más allá de las críticas a Castro al que le achacaron cuestiones incluso como “los ganchos desnudos” que, dicen, hay en las paredes del Casino, la falta, desde hace años, de un trofeo de plata o que no exista un inventario que, dijo el presidente, no se hizo en ninguno de los mandatos anteriores.

Tras un debate largo que comenzó incluso antes de que se procediese a leer el acta de la sesión anterior, la única propuesta que presentaron desde el sector de Blanco fue “eliminar el tenis de mesa, que monten un club a parte y que dejen de gastar aquí”, dijo el socio crítico, que reprochó a Castro los “3600 euros que se gastan en gasoil” mientras, dijo, en la sede “no hay calefacción”.

Uno de los momentos más tensos de la noche llegó cuando Blanco le echó en cara a Castro una cuestión personal echando mano de un anuncio en el Boletín Provincial de Pontevedra. Una incriminación que hizo saltar al extesorero, Máximo Patiño, y a varios de los presentes, que acusaron al crítico de infringir la Ley de Protección de Datos.

Tras este debate se procedió a votar la moción de censura, que los críticos perdieron por 33 votos a favor frente a 46 en contra. Poco después abandonaron la sala y comenzó la exposición de la situación económica de la entidad, que muestra un agujero de unos 60.000 euros.

Castro también reveló los atrasos a parte de la plantilla y una deuda que ronda el medio millón de euros y para la que propuso un acuerdo de salida extrajudicial con los acreedores que permitiría “una quita del 60 o incluso el 70 por ciento”.
“Ciérrelo, que esto no es negocio”, le dijo un socio que se confesó “cansado de oír hablar de láminas de agua”. Fue entonces cuando Castro anunció un preacuerdo con una empresa dispuesta a invertir dos millones de euros en la reforma de A Comboa. Unas instalaciones deportivas que el Liceo utilizaría en régimen de alquiler. “No llegué a tiempo para mostrar aquí el contrato”, lamentó Castro, que aseguró que si este acuerdo no llega a buen puerto “esta sociedad debería buscar otra persona para estar al frente”.

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