Representantes de más de una treintena de colectivos se reunieron ayer en el cementerio de Vilagarcía para ensalzar la figura de Ricardo Urioste. Fue un acto sencillo pero con gran carga emotiva que sirvió para conmemorar su sexagésimo sexto cabo de año, que tuvo lugar el pasado día 16, y una figura que considera no ha recibido el reconocimiento merecido.
Los congregados ante su sepulcro se aproximaban a la centena y para dar inicio al acto, se eligió la primera Gnossiennes de Erik Satie –un pianista y compositor muy del gusto del periodista– que había sido interpretado por nada menos que Purita Ramos, una pianista que fue alumna del homenajeado y que, a sus 94 años de edad, estuvo presente en la cita de ayer. Después se procedió con una serie de intervenciones, abierta por Beatriz Jamardo, quien leyó un texto realizado por su padre, Vicente, actor de uno de aquellos cuadros dramáticos que dirigía Urioste; y seguida por Cándido Castro, hijo y sobrino de intérpretes, que alabó su figura y destacó los momentos con él en su casa. Germán Torres también se sumó con la lectura de un escrito enviado por Beatriz Comendador, nieta de Manolo Rey, compañero de aventuras literarias de Urioste, y que no pudo estar presente en el acto. Y para terminar, Serxio, miembro del grupo de Teatro Iliria habló del espíritu, trabajo social, cultural y periodístico de este hombre que, sobre todo, fue un referente cultural de la primera mitad del siglo XX. Lo hizo en nombre de todas las entidades organizadoras del homenaje que además, ayer hicieron un llamamiento a la continuidad, a la organización de otro evento con un carácter más teatral y musical, que también sirva de reconocimiento a los compañeros del periodista, personas como Manolo Rey y Juan Buhigas.
Como broche de oro, volvió a sonar una interpretación pianística de Purita Ramos –la Gnossienne número tres, esta vez– mientras que cada asistente fue posando flores y ramos a los pies de la tumba de este insigne personaje. n