El fracaso de las negociaciones deja sin salario al alcalde y a los cuatro liberados

Tras casi un mes al frente del gobierno y hasta tres rondas de negociaciones infructuosas, el equipo presidido por Alberto Varela tendrá que volver a retomar el diálogo con la oposición para continuar un mandato que se inició con sobresaltos. Fueron los votos contrarios del PP, Esquerda Unida y Somos Maioría (el BNG se abstuvo) los que tumbaron la propuesta de la Alcaldía que se debatió ayer en el Pleno organizativo y que evidenció que todavía quedan muchas asperezas que limar entre el gobierno y el resto de los grupos.
La portavoz del gobierno, Tania García, fue la encargada de explicar la propuesta, advirtiendo ya al inicio de la sesión que “pese a que se intentaron as negociacións ata última hora, non se chegou a un acordo”. Una frase que sonó a profecía. Los principales dardos de la oposición se centraron, precisamente, en el salario del alcalde y de los concejales liberados. El portavoz popular, Tomás Fole, advirtió al ejecutivo que fuesen “máis rigorosos no tema dos salarios”, mientras que la principales críticas llegaron por parte de EU y de Somos Maioría. Ambos reconocieron que las retribuciones son legales, pero que no se adecúan a los tiempos que corren. El portavoz de los esquerdistas, Jesús López, manifestó que “non pretendemos facer demagoxia con este asunto, senón que queremos que as retribucións políticas se asemellen á vida real da cidadanía”.
Un argumento utilizado de una forma muy similar por Gaspar González que advirtió que la del gobierno es “unha proposta desproporcionada en base á situación actual”, añadiendo que “esperabamos un xesto”.
No hubo cesión por parte del grupo de gobierno, pese a manifestar de forma reiterada que “somos conscientes de que gobernamos en minoría”.
A las duras acusaciones de “demagoxia” por parte de Tania García al resto de los grupos se le sumaron las valoraciones del alcalde socialista que habló de “pactos antinatura” con, según él, intención de “bloquear a acción deste goberno”.
Tras el varapalo de ayer al gobierno solo le queda negociar. Las posturas de los grupos de la oposición han dejado en evidencia que no apoyarán un salario de 51.604 euros para el regidor, de 32.984 euros para la teniente alcalde y de 26.387 euros para el resto de los liberados. Vilagarcía se convierte así en el único ayuntamiento de la comarca de O Salnés que no ha conseguido llegar a acuerdos para sacar adelante sus propuestas organizativas.
El gobierno socialista se enfrenta así a un nuevo período de negociaciones en el que, le advertían ayer desde la oposición, no caben medias tintas.
La única cuestión, tras más de dos horas, que el ejecutivo logró sacar adelante fue el horario y la fecha de los plenos ordinarios.