Manadas de jabalíes devoran toneladas de marisco de los parques de A Rosa

“A can flaco todo son pulgas”, así resumía ayer la presidenta de la asociación de parquistas Virgen del Carmen, Rosario Maneiro, la situación que ahora atraviesan los productores de almeja de Carrill. Y es que desde hace un par de semanas coincidiendo con la siembra de almeja en muchos de los parques de cultivo de la zona de A Rosa, manadas de jabalíes bajan del monte hasta los viveros para devorar la almeja que encuentran a su paso. “Non comen calquera ameixa nin berberecho comen os que teñen tallada e cun tamaño xa medianeiro”, dice ario Maneiro.
Los afectados conocen perfectamente el recorrido que cada noche realizan los jabalíes que se mueven en manadas de hasta dieciséis. “Baixan polo mirador de A Rosa ata Cortegada e polo camiño van arrasando con todo”, dice la presidenta de la asociación Virgen del Carmen.
Algunas noches les han hecho la espera, pero si bajan en manadas muy numerosas temen que puedan hacerles daño. “Se ves a un podes botalo do parques, pero se veñen varios pois non vou a poñer en risco a miña integridade física”, dice Maneiro.
El patrón mayor de Carril, Fernando Franco, es conocedor  de la situación. “Hacen destrozos importantes en los viveros, pero no solo los jabalíes cada vez hay más nutrias que suben del río y comen marisco”, asegura.

medidas
Ante esta situación, muchos parquistas han ideado sistemas para tratar de ahuyentar a ambas especies. Algunos incluso han acotado su parcelas con vallas de plástico para evitar que entren en sus viveros, otros han colocado botellas de cristal unidas por una cuerda para que se golpeen cuando sube la marea y con el ruido se alejen de la zona.
Sin embargo, estas medidas no están teniendo los frutos esperados y ya han sido varias las personas que han acudido a la delegación de Mar a Carril a denunciar la situación.
Algunos contabilizan pérdidas muy importantes porque además de la cantidad la almeja rozaba ya la talla comercial por lo que a la inversión realizada en el parque hay que sumar los trabajos y esfuerzos realizados en la producción por cada parquista.
Las riadas arrasaron el 90%  de la producción durante el pasado invierno por segundo año consecutivo. La mayoría han tenido que recurrir a los créditos bancarios para poder recuperar la producción y enfrentarse a una nueva campaña.
“Isto é a gota que colma o vaso. O único que nos faltaba. Este vai ser un ano para esquecer. Non hai cousa que non pase”, advierten algunos parquistas a pie de playa.