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martes | 14 mayo | 2024
La apertura de tres polígonos de bateas el pasado jueves fue un alivio momentáneo, ya que la toxina continúa su avance y ayer el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño decretó el cierre de otro banco marisquero, el de O Bohído. El hecho de que la notificación de esta medida, tras detectar en las analíticas la presencia de toxina diarreica, llegara cuando los mariscadores ya estaban faenando en la zona volvió a indignar a un sector que, aún sin cuantificar, se refiere ya a pérdidas millonarias. Y es que algunas empresas ya están incluso pensando en la necesidad de recurrir a EREs en caso de que se cumpla las previsiones de que esta marea roja tardará en desaparecer. Desde el sindicato CIG avanzaron la posibilidad de que este mismo mes alguna compañía del sector mejillonero recurra a esta medida al haberse paralizado por completo la actividad y mientras esperan que la toxina remita.
Este nuevo episodio tóxico llega en el peor momento para el sector del mejillón, que mantiene paralizada su actividad y que ya registra pérdidas millonarias. Muchos kilos de mitilo fueron devueltos a las bateas, pero los productores registraron importantes pérdidas porque hay un elevado porcentaje de bivalvo que no resiste tal trasiego.
Solo el pasado jueves fueron 15 los tráilers que llegaron al muelle de A Illa para devolver mejillón al mar. Iban camino de Italia y de Francia cuando les llegó el aviso de la presencia de toxina y tuvieron que regresar. Pero esta cifra de camiones es todavía mayor y con ella las pérdidas de los productores.
Los cocederos, depuradores y conserveras mantienen la maquinaria parada a la espera de que vuelva la normalidad a la Ría de Arousa. Ya hablan de un episodio de marea roja sin igual en esta zona y las críticas continúan dirigidas hacia la Consellería do Mar y especialmente al Intecmar.
Y es que el sector tiene muy claro que las mareas rojas son episodios naturales, pero considera que la administración tiene que garantizar que el producto se saca en buenas condiciones. En este caso, como ya afirman que ocurrió en anteriores ocasiones, aseguran que el anuncio de los cierres de polígonos llegó demasiado tarde. Tanto que los cocederos ya habían utilizado producto y tanto que un buen número de camiones habían salido con mejillón para exportación.
Esta situación no conlleva que las empresas estén encargando sus propias analíticas, lo que hace que en estos momentos los laboratorios se encuentren saturados de trabajo. Cuando realizan un encargo así acostumbran a tener el resultado en un plazo de 24 horas. Sin embargo, este tiempo se está dilatando por el gran número de analíticas que están llevando a cabo.
En definitiva, el sector está viviendo uno de sus peores momentos, según indican desde productores a cocederos y conserveras. Y es que al gran número de kilos de mejillón que se ha perdido antes de poder trasladarlo de nuevo a las bateas, hay que sumar el que los cocederos han tenido que enviar a destrucción. Se corresponde al extraído miércoles y ahora han de esperar los resultados del resto de la mercancía que entró en los días previos.
Hay que recordar que la Xunta de Galicia les remitió un escrito en el que instaba a no sacar mejillón extraído hasta 48 horas antes de haberse decretado el cierre, un hecho que causó un gran malestar porque muchos son los que comparten la opinión expresada por Rosa Santorum, de Mejillones Nidal, que indicó que el Intecmar “no hizo análisis de aguas en diez días”.
Esta nueva polémica no solo está causando pérdidas millonarias en el sector, sino que también afecta a la imagen de un producto que cuenta con Denominación de Orixe Protexida.
Garantías
A pesar de las alerta generada por esta nueva marea roja, el sector llama a la tranquilidad del consumidor, al que da plenas garantías de poder consumir el mejillón que encuentre en el mercado. Y es que además de haber regresado los camiones cargados con el bivalvo para exportación, los cocederos y las conserveras mantienen producto en las cámaras a la espera de conocer los resultados que determinarán si los envían a destrucción o si el producto es apto para el consumo.
En todo caso hay que recordar que la toxina que se encuentra actualmente en las aguas de la Ría de Arousa es la lipofílica, es decir, que en caso de que se consumiera mejillón afectado podría provocar molestias estomacales o diarrea.
