13º-17º
martes | 14 mayo | 2024
El Concello de Vilagarcía inició estos días la inspección de las terrazas hosteleras. Tras un año desde que se puso en marcha la ordenanza reguladora, a lo largo del cual el Concello dio “barra libre” a los propietarios de los establecimientos, para que fueran acomodando sus sillas y mesas exteriores a la normativa vigente.
Sin embargo la tregua ya finalizó. El Concello considera que ha cumplido su parte del “acuerdo tácito” con los representantes de los hosteleros.
Por ello, aquellos que incumplan, ya sea por cuestiones urbanísticas o por razones de impago de las tasas, o por las dos cosas a la vez, recibirán en los próximos días o semanas la correspondiente comunicación sobre la retirada de la terraza y, en su caso, de la sanción que se acuerda en la ordenanza en vigor.
“Con la actual campaña de inspección se demuestra que el gobierno va a cumplir con su compromiso: Después de ese primer año de adaptación, a partir de ahora se exigirá el cumplimiento estricto de la norma, como ya conocen empresarios del sector. Hacer lo contrario sería un agravio comparativo para los que sí han cumplido con todas las normas, las urbanísticas y las impositivas, que son la mayor parte”, aseguran desde el Concello de Vilagarcía.
Proyectos presentados
Desde la entrada en vigor de la ordenanza de terrazas, hace un año, el Concello de Vilagarcía recibió un total de 110 solicitudes. La inmensa mayoría recibieron un informe favorable, aunque ello no supone la concesión automática de la licencia, para lo que hace falta que se paguen las tasas correspondientes. Los casos que están sin resolver, según explican desde la administración municipal, se deben a que los afectados fueron requeridos para presentar más documentación. Algunos entregaron parte, otros toda y otros ninguna. También hay que tener en cuenta que, a petición de los propios hosteleros, hubo una moratoria para el pago de las tasas en el caso de aquellos que tenían deudas pendientes.
En estos momentos, no todos están al pago de su deuda, según reconocen desde el Concello, que dio un año de margen al sector para que ejecutase la adaptación a la ordenanza.
