Cintura política

La política, sobre todo la local, es impredecible. Solo hay que echar un vistazo a lo que ocurre en Cambados con la unión de cuatro partidos para desalojar al PP y resulta que ahora poco menos que le van a regalar la Alcaldía como consecuencia de sus diferencias, algunas de ellas parece que insalvables. Y en Vilagarcía, que parecía que iba a vivir una legislatura complicada al gobernar el PSOE en minoría, resulta que está teniendo un mandato de lo más plácido, gracias a un aliado fiel como el BNG y a otro sobrevenido, el díscolo de EU, que fue expulsado del partido por el que se presentó a las elecciones.
En la capital arousana no hay un tripartito formal pero en los asuntos importantes actúan como si lo fuesen, o al menos, coinciden a la hora de las votaciones. De este modo, la oposición de verdad queda conformada por Somos Maioría, EU y el PP que es quien realmente está ejerciendo una labor fiscalizadora más seria y sostenida en el tiempo, si bien, todo hay que reconocerlo, dispone de más concejales, uno de ellos liberado, y personal de comunicación, tras los acuerdos del Pacto de Cidade.
Ni siquiera el PP es el mismo que comenzó este mandato, ya que su candidato y portavoz, Tomás Fole, renunció a volver a ser el cabeza de cartel y a la portavocía para centrarse en sus nuevas obligaciones y ocupaciones como diputado en el Congreso, según figura en la versión oficial que podemos o no creer, pero es lo que han querido transmitir desde el partido al que pertenece.
Ahora es Elena Suárez la que lleva la voz cantante y Alfonso Gallego quien saldrá en las fotos de los carteles electorales del PP. Ambos tratan de darle un nuevo impulso a la formación conservadora comenzando por unir a la propia familia, una labor que están consiguiendo y que se aprecia en los actos de partido que organizan, el último de ellos con la presencia de Feijóo en Vilagarcía.
El candidato debe adquirir tablas, algo que no resulta sencillo para las personas que nunca han tenido la ambición de poder y que se dedicaron siempre a progresar en su trabajo combinándolo con el compromiso con entidades benéficas como es el caso de Gallego.
A su intención de cohesionar todas las sensibilidades otrora apartadas del PP se une también la elaboración de un discurso público que empieza a poner en marcha en las visitas que cada semana realiza al rural para reunirse con vecinos y conocer de primera mano sus inquietudes. Es obligatorio para un candidato interactuar con sus votantes en potencia y también que acuda a los plenos para empaparse del debate político local y conocer los asuntos propios de Ravella en profundidad. El otro día me referí a esta faceta diciendo que haría bien en asistir a las sesiones y, efectivamente, lo está haciendo desde el primer día con las faltas justificadas y derivadas de sus obligaciones profesionales porque como de todos es sabido se debe a su trabajo como todo hijo de vecino.
El objetivo de recuperar la Alcaldía no será nada fácil porque enfrente tiene un regidor consolidado y un partido que ha sabido aprovechar al máximo las debilidades de sus rivales para mostrar todas sus virtudes, que son muchas y ahí está la prueba, un mandato tranquilo pese a tener ocho concejales de 25. Es un indicativo de cintura política, disponibilidad para alcanzar acuerdos y saber ceder en el momento justo antes de que rompa la cuerda. Tiene mérito. Mucho.

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