SUENA extraño que, cuando esta noche Casa Toñita cierre sus puertas, ya nunca se volverán a abrir. Pocos serán los ferrolanos —en el amplio sentido geográfico del gentilicio— que no hayan pasado por este Olimpo de bodas y banquetes. Muchos, en particular, los de As Neves, A Capela, Cabanas, Pontedeume, As Pontes..., incluso han celebrado en sus salones los momentos más importantes de sus vidas: sus bodas, sus comuniones, sus celebraciones. Pero Mariluz y José se han ganado el descanso y el tiempo que le deben a los suyos desde hace 40 años. Mejor que de despedidas, hablemos de buenos recuerdos.