El Céltiga toma ventaja en la eliminatoria decisiva por el ascenso a Tercera RFEF ante el Atios, tras su victoria por 0-2 el domingo en el campo de O Carballo. Fue el séptimo partido seguido sin perder que encadena el equipo de Luis Carro, que ha llegado en un gran momento de forma, juego y confianza al final de liga. 

El técnico vilanovés reconoce cada vez más virtudes en los suyos, sobre todo por la capacidad para leer los partidos y adaptarse a lo que requiere el juego en cada momento. Aspectos que refuerzan el buen trabajo diario que viene realizando el grupo desde hace tres temporadas. Pero en el fútbol, ni las sensaciones ni una buena racha de resultados garantiza el éxito en el siguiente encuentro. Y el del fin de semana en el Salvador Otero es el último, el que decide toda la temporada. 

No va a ser nada nuevo para el técnico ni para la mayoría de los futbolistas. La propia experiencia es el mejor aprendizaje y en el Céltiga ya han pasado por lo que les espera. La temporada pasada se jugaron el todo o nada también en casa el último día. Los isleños llegaban en plaza de ascenso y tenían que ganar a un Ribadumia ya descendido. Pero se bloquearon y cayeron 0-2. 

En la primera eliminatoria del play-off este curso también afrontaron la vuelta tras ganar 0-2 en la ida y vieron como el Lalín fue capaz de ponerse 1-3 en A Lomba. Lejos de dejarse dominar por los fantasmas del cruel desenlace del año pasado, el equipo volteó la situación, empató el partido y siguió adelante.

En el vestuario prima la cautela. “Sacamos un buen resultado en Atios, pero apenas se celebró”, comenta el centrocampista David Giráldez. “Hace dos años se nos escapó la Copa del Rey en el último partido y el año pasado el ascenso”, recuerda para mantener la prudencia, pero también la determinación para desquitarse. “El fútbol no nos debe una, nos debe dos”.

Giráldez ensalza la solidez que demostró el Céltiga en Atios. “Prácticamente no concedimos y con balón estuvimos bien”. Al pensar en la vuelta, solo visualiza “un día bonito, para disfrutar”. El Céltiga no especulará con su ventaja, básicamente porque “no sabemos jugar a eso, no sabemos jugar a nada que no sea ganar”. El vigués, pieza clave en el característico estilo de juego que ningún otro equipo de la categoría es capaz de desplegar con balón, considera que “fuimos el mejor equipo de la liga, pero fallamos en casa con el Barco y en Cambados y eso nos penalizó mucho”. 

En A Illa tienen presente las oportunidades perdidas en los últimos tiempos para agarrarse fuerte a esta nueva posibilidad que, más que el destino, se han brindado ellos mismos. “Va a depender más de lo que hagamos nosotros que del rival, si estamos bien y hacemos nuestro juego, confío plenamente”. Después de seis semanas sin jugar en el Salvador Otero, David Giráldez reconoce que “tenemos muchas ganas” de volver a hacerlo en casa y “en medio de un gran ambiente”.