Jairo Torres: “Mejor parar aquí que convertirme en un viejo remendado”

Jairo Torres: “Mejor parar aquí que convertirme en un viejo remendado”
Jairo, que este sábado disputa su último partido con Os Ingleses tras treinta años en el club, posa en el nuevo local social ubicado en Las Pistas | Mónica Ferreirós

Jairo Torres cuelga las botas tras 30 años en Os Ingleses RC. El club vilagarciano pierde a su histórico capitán. Un jugador icónico, habitual de la Selección Gallega, que este sábado ante el Crat Coruña en Fontecarmoa (17 horas) pone punto y final a una larga carrera deportiva que empezó siendo un adolescente.  
Camino de cumplir 45 años ha decidido que esta es la última temporada, al menos como jugador. Al echar la vista atrás valora mucho todo lo que le ha aportado el rugby y en especial su club, en el que coincidió con diferentes generaciones de jugadores y prácticamente con todos los presidentes y entrenadores.

 

¿Cómo empezó todo?
Pues estando en clase con Biris, que es como un hermano y también es capitán del equipo. Me dijo que su tío jugaba al rugby y que podíamos ir a probar. Como éramos bastante brutos y siempre andábamos a golpes, fuimos. El campo del instituto era un barrizal, lleno de excrementos de perro. Nos enseñaron a placar y ya nos enamoró el rugby. Cuando llegué a casa lleno de barro mi madre me dijo que no volvería, pero desde entonces llevo treinta años.

 

¿Cómo recuerdas el paso al primer equipo?
Fue dos o tres años después de empezar. Era el más pequeño, en edad y estatura. Meterme ahí en medio a lidiar con los que eran mis ídolos era un poco complicado. Me fui haciendo un sitio y ya ese mismo año fui titular. Le echaba muchas ganas y me encantaba placar. De hecho me llevaban a la Selección Gallega porque me encantaba defender y el contacto. Yo empecé de segundo centro jugando con el número 13. Cuando me metieron por primera vez de medio melé fue como con calzador, pero después me habitué y me gustó mucho. Cada vez me fue gustando más y más el rugby.

 

Y ahora con Iguana el relevo está garantizado, ¿no?
Es un crack. Es muy bueno, ya no solo por como juega, sino por su actitud y forma de ser. Es un jugador de rugby con todas las letras. Llevaba años esperando que viniera a jugar, y conste que me fastidia porque quería seguir jugando en esa posición en la que ahora mismo estoy más adaptado, pero cuando llegó se notó mucho la diferencia porque es un jugadorazo. Joven y con proyección.

 

¿Muchas secuelas de lesiones después de tres décadas?
Sinceramente lo dejo por eso. La alternativa que tengo ahora mismo es la pesca submarina, que me gusta mucho también, y el cuerpo me lo permite. En el rugby este año lo pasé fatal por las lesiones: rotura de fibras, la espalda, ligamento cruzado anterior roto, el hombro derecho roto... Al final te vas mermando y hay partidos que no lo pasas bien. Son muchos años y muchas lesiones.  Siempre me digo, mejor parar aquí antes que convertirme en un viejo remendado. Siempre dije que en el momento que no lo pasara bien jugando al rugby lo dejaría. Aunque he de reconocer que el sábado pasado me lo pasé genial.

 

En todos estos años ganaste ligas, jugaste competiciones nacionales, fases de ascenso a División de Honor B... ¿con qué te quedas?
Me quedo con toda la gente que conocí y con mis compañeros, con los que llevo tantos años. Quizá los mejores momentos fueron las fases de ascenso y la temporada que ganamos la Liga Nacional. Quizá los mejores años se vivieron a partir de 2002. Ahora tampoco estamos mal, somos de los mejores equipos de Galicia y tenemos muchos niños en la base.

 

¿Te ves entrenando en la base o ayudando en el club?
Mi idea es hacer un pequeño paréntesis, si puedo de un año, aunque sé que al final me lían porque somos una pequeña gran familia. Sé que tarde o temprano estaré ahí para echar una mano en lo que sea.

 

¿Qué te dio el rugby?
Aparte de lesiones? (risas). No sé. Creo que es un modo de vida. Me gusta mucho. Estoy siempre barrenando que si jugadas, que si esto u lo otro. Es un modo de vida. Incluso los días que no me apetece ir a entrenar, llego a junto de mis compañeros y se me olvidan todos los males.

 

¿Qué os lo que no echarás de menos?
Yo lo que odio es entrenar en campos aritificiales. Me destrozan las rodillas, espalda...

 

¿Preferías los de tierra del instituto, el Mundialito o Pontearnelas?
Pues no sé que decirte...La verdad es que tenemos jugado en cada sitio... Teníamos ya la piel de cocodrilo. Me acuerdo cuando sólo había dos equipos que tenían campos de hierba y cuando llegábamos allí era algo sobrenatural. Ahora cuando escucho a alguno quejarse de que la hierba está muy mojada o el campo embarrado me da ganas de darle una colleja (risas). 

Jairo Torres: “Mejor parar aquí que convertirme en un viejo remendado”

Te puede interesar