El año 2025 está siendo el de la confirmación de Jéssica Bouzas en el cicuito profesional como jugadora regular capaz de mantenerse en el top 100 sin dificultades. De hecho la arousana, tras alcanzar la tercera ronda de Roland Garros, se sitúa en el puesto 59 del ranking mundial WTA, muy cerca del número 52 que fue su techo la pasada campaña, la de su afloramiento. 

El mérito de Bouzas Maneiro este año, al ser capaz de mantenerse entre las mejores raquetas del mundo que siempre disputan los cuadros finales de los Grand Slam y los torneos WTA que reparten más premios y puntos, radica en que se está batiendo con rivales del máximo nivel. De los 28 partidos que ha jugado en lo que va de 2025, un total de 21 han sido ante jugadoras top 100 (6 de ellas top 20). Jéssica ha ganado 15 partidos y 7 de esas victorias han sido ante tenistas que están entre las setenta mejores del mundo. 

La exigencia a la que se enfrenta es mucho mayor, pero sigue dando pasos adelante en su juego y en su manera de competir. Algo que se detecta en cada partido que disputa, más allá de lo que indique el resultado final. 

“Quería agradecer en especial a toda la gente por todo el cariño recibido esta última semana, destacando el último partido donde os sentí todos y cada uno de vosotros. Cuando las cosas van bien es muy fácil sentir ese apoyo pero cuando no van tan bien no todos se quedan y siguen confiando”, con este mensaje se despidió de París la arousana, que con 22 años es indiscutiblemente la segunda mejor raqueta del país por detrás de Paulo Badosa. 

Jéssica Bouzas Maneiro aún tiene mucha temporada por delante. Su próximo gran torneo será Wimbledon, que comienza a finales de junio. Antes tratará de disputar algún otro torneo sobre hierba, algo que no pudo hacer los dos últimos años, en los que jugó el cuadro final del Grand Slam londinense.

En los primeros grandes del año se plantó en segunda ronda en el Open de Australia, donde cayó tras plantar cara ante la número uno del mundo, Aryna Sabalenka, y viene de pasar dos rondas en París, endosándole una paliza histórica a una top ten.  En Wimbledon fue donde se estrenó en cuadro final por primera vez, hace dos años, y donde se dio a conocer al mundo al derrotar en 2024 en la pista central a Vondrousova, que defendía título. Este año será su tercero sobre hierba. Más madura. La promesa del tenis español es una realidad.