Trasladan a la Xunta su rechazo a la construcción de un camping en el monte comunal de O Chazo

Residentes en O Chazo remitieron un escrito a la Consellería de Medio Rural para expresarle su rechazo a la construcción de un camping en el monte del lugar. Señalan que en febrero de 2022 la Comunidad de Montes Veciñais en Man Común de San Cristóbal de Abanqueiro otorgó por mayoría suficiente, en la modalidad de derecho de superficie, a una empresa un terreno de 6 hectáreas por 20 años. Y precisan que, tras revisar el acta de la asamblea, observaron “irregularidades”, según indicó su portavoz, Sofía Castelo, quien indica que “constan arredor de 5 persoas falecidas con varios anos de antelación e que non cumprían cos requisitos para pertencer á comunidade”, por lo que dudan de la validez del acuerdo. 

Los vecinos, que acompañan un escrito con firmas recogidas únicamente en casas de O Chazo, advierten que al llevarse a cabo los trámites entre la comunidad de montes y el empresario casi todos los habitantes permanentes del lugar no formaban parte de la entidad comunal ni eran conocedoras de que negociaba con el monte. Pero, señalaron que antes de aprobarse la “cesión”, el vicepresidente de dicha entidad le dijo a una vecina en una conversación informal de que “vaise facer unha cousa moi bonita, pero non se pode dicir, por lo que los afectados indican que se ocultó de manera deliberada la intención de ceder el monte. 
 

A partir de ahí, cuatro vecinas entraron a formar parte de la comunidad para conocer la situación y mostrar su desacuerdo, pero ya se aprobara la cesión y firmado el contrato. Pero, tras tener acceso a la documentación, en la asamblea del 11 de diciembre expusieron su disconformidad a la cesión del monte. En ese sentido, valoran el “privilexio” de convivir en un espacio natural con multitud de especies animales y vegetales, como “piñeiros autóctonos, algún de máis de 60 anos, loureiros e carballos”, y que es su pulmón verde para combatir el CO2 y del que disfrutan quienes les visitan a diario y en verano. Añaden que en 60 años no sufrió incendios gracias a la acción vecinal en su conservación, y temen que la tala y deforestación del monte afecte gravemente al ecosistema marino, recibiendo lodos y perjudicando a uno de los bancos marisqueros más ricos. “A alteración, devastación e destrucción deste ecosistema suporá gran perda para a natureza e seres humanos, e os veciños debemos preservar un espazo natural que por si mesmo non se pode protexer da especulación mercantil”, indican.