La propietaria de una finca en la parroquia de Barrantes presentó esta semana un escrito en el Concello de Ribadumia denunciando unas actuaciones llevadas a cabo en su finca sin su permiso. Los hechos se remontan a enero del año anterior, cuando, según su versión, tras ser consultada por el propietario de una parcela lindante, accedió a permitir la limpieza de parte de su finca para que este pudiera instalar unas tuberías. Sin embargo, y para sorpresa de la denunciante, el hombre abrió una zanja por el lado oeste de su finca, cuya profundidad acabó rompiendo unas tuberías de abastecimiento de agua que iban para A Toxa y que pasaban por el lugar.

Debido a que la zanja constituía un peligro para los viandantes y ante la necesidad de reparar la rotura en la tubería y pese a “no haber abierto yo la zanja”, la mujer decidió arreglar la situación bajo su coste, gastando más de 700 euros en la actuación.

Por ello, la propietaria presentó una denuncia contra el vecino ante el Concello ribadumiense, entendiendo que es “imposible” que le hayan podido conceder una licencia para tal obra, al menos, en lo que respecta a su parcela. Por ello, solicitó que el autor de la zanja le abone los gastos que tuvo que poner de su bolsillo para arreglar la situación. Asimismo, le envió a este un burofax que nunca fue respondido.

Las quejas de la denunciante, no obstante, no se dirigen solo al autor de las obras, sino que las extiende también al Ayuntamiento, ya que critica que no se le prestó ayuda y que se la culpó por arreglar la rotura provocada, presuntamente, por el propietario colindante. “Lo único que me dijeron fue que no tienen una varita mágica para arreglar problemas de lindes”, denuncia.