14º-26º
miércoles | 8 mayo | 2024
La acumulación de toneladas de concha de mejillón desde hace unos días en una finca de Covas de Lobos mantiene en la indignación a vecinos de los núcleos de población más cercanos por su mal olor. De “nauseabundo”, lo calificaron algunos. El terreno forma parte de la parcelaria y pertenece al término municipal de Ribadumia, cuyo Concello ya dio parte al Seprona que está investigando si se trata de una actuación de abono o de un vertido irregular, ante la ingente cantidad de restos depositados.
Las quejas llegaron a la asociación de vecinos O Batuqueiro, de Vilariño, y su presidente, José Rodríguez, explicaba ayer que se pusieron en contacto con la administración cambadesa, pero se comprobó que forma parte del ayuntamiento vecino y allí presentaron la queja.
unos diez camiones
Algunas fuentes hablan de 50 toneladas de concha depositada en una enorme finca de la parcelaria, con la longitud de casi un campo de fútbol, pero más estrecha. “Botaron uns dez ou once camións de cuncha e non sabemos con que intención, pero se a enterraran non cheiraría tanto”, manifestó Rodríguez.
Según el representante vecinal, hay casas a escasos metros y algunos afectados han llegado a afirmar que “non podían durmir co cheiro. A xente está moi molesta”.
Según los datos con que cuenta, los depósitos se realizaron hace una semana, aproximadamente, y en cuanto ha habido un poco de viento, el mal olor provocado por la fermentación de la concha ha llegado a notarse a varios kilómetros de distancia.
ribadumia, a la espera
En el Concello de Ribadumia tampoco saben el destino de estos cúmulos de desechos de mejillón que ayer estaban siendo esparcidos por la finca con maquinaria pesada. Su concejal de Medio Ambiente, José Ramón González, no descarta que responda a una práctica tan habitual como es utilizar estos restos como abono agrícola natural, pero “o problema é que parece máis ben unha acumulación, unha almacenaxe porque foron varios camións a depositalas e iso está prohibido porque o terreo non é adecuado, entre outras cuestións”.
En cuanto recibieron las quejas vecinales –el lunes por la mañana– se puso en contacto con el Seprona que “xa estaba enterado” y que le informó de que acudiría a realizar una inspección ocular y emitiría un informe. “Outro procedemento sería averiguar quen é o propietario, remitirlle un escrito, abriríase un prazo de alegacións... E dilataríase no tempo, así que o máis eficiente é deixar traballar aos axentes”, explicó. De hecho, una vez cuenten con sus averiguaciones, evaluarán si es preciso tomar medidas que competan a la administración local.
