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martes | 30 abril | 2024
Los mariscadores de a flote de la Cofradía de Vilanova regresaron ayer a los bancos productivos después de meses sin actividad. Lo hicieron porque así lo acordaron los socios en asamblea, ahogados por la delicada situación económica de falta sostenida de ingresos, pero con malas perspectivas a ojos de los biólogos y muestreos. Los peores augurios se cumplieron.
El patrón mayor, Rosalino Díaz, resumía tras este primer día de faena que “pinta malísimo”. Salieron ayer 29 embarcaciones. Lo que más vino a tierra fue almeja japónica, 83 kilos, registrando una media de 2,7 kilos por persona, “sendo o tope de catro”, resumía el patrón mayor. Solo tres personas habrían alcanzado ayer este tope. De “reló” se trajo 78 kilos y, de lo demás, cantidades prácticamente anecdóticas: Un kilo de almeja fina, 0,75 de babosa y 0,25 de fina.
Los precios alcanzados en lonja fueron en sintonía con estas bajas capturas, situación que no es, ni mucho menos, aislada en el conjunto de la Ría. Así, la fina alcanzó un precio de 50 euros, 25 en el caso de la babosa, moviéndose la japónica ente los 24,25 euros y los 17,85. El “reló”, a 2,91. Todo ello hizo una media de entre 45 y 50 euros.
Hoy se volverá al mar, pero las perspectivas son incluso peores. “Os compradores non veñen á lonxa por 85 quilos de ameixa. Viñeron onte e levaron unha desilusión”, valora el patrón mayor. Además, ayer se trabajó con una gran seca, una buena marea que también facilitaría hoy los trabajos. Pero esta situación no volverá a repetirse en lo que resta de año. A eso se suma la escasez de marisco que, intuye Díaz, hará que con el paso de los días el número de barcos que salgan a trabajar decrezca poco a poco. En unos días podría plantearse una reunión para decidir qué hacer: Continuar o parar.
Entretanto, los biólogos del Pósito y de Mar realizaron muestreos en otras zonas. As Carballas, al norte del puente, es una de las zonas donde hay esperanzas por su productividad, pero la recomendación es esperar y no trabajarla este año, ya que apenas hay talla comercial. “A situación nosa é mala”, subrayó sin paliativos el patrón mayor.
