De pupila a profe: “A parte boa da semana era ir tocar ao Conservatorio de Cambados”

La violinista Nerea Villanueva Fariña forma parte de una de las primeras promociones del Conservatorio Elemental de Música de Cambados y este año, nada más acabar la carrera, la vida la ha devuelto a sus aulas para ser profesora y además en un momento muy especial pues el centro celebra su 20 aniversario
De pupila a profe: “A parte boa da semana era ir tocar ao Conservatorio de Cambados”
La violinista Nerea Villanueva fue alumna del Conservatorio y ahora se ha incorporado al profesorado | GONZALO SALGADO

Nerea Villanueva Fariña tenía siete años cuando entró por primera vez en el Conservatorio Elemental de Música de Cambados y literalmente se enamoró de un instrumento elegido casi por descarte y que incluso compaginó una temporada con el piano. Así empezaba una historia que también es la de cientos de niños que han pasado por este centro, que este año cumple dos décadas de existencia. Pero es que además, la suya está siendo ahora como cerrar un círculo de los muchos que seguro le esperan a esta joven de 22 años, porque aquella niña de San Tomé volvió a atravesar sus puertas en septiembre, pero esta vez como profesora.

 

Casualidades de la vida, está cubriendo la vacante dejada por una de sus profesoras, Antía García, y no oculta su entusiasmo. Está “súper contenta” de formar parte de un equipo que “pode axudar moito aos nenos porque para moitos pode ser un hobby, pero tamén haberá outros coma min, que descubrirán a súa vocación”. 

 

Las cosas han cambiado desde aquellos primeros años de su formación, cuando el Conservatorio llevaba un lustro de funcionamiento, pero para mejor. Hay más alumnos, más proyectos educativos... “É un proxecto educativo súper bonito e fan un excelente traballo”, expone Nerea, que aún siente la esencia que tan feliz la hizo en sus años como pupila. “Foi unha experiencia moi chula polos profesores e os compañeiros. É un centro moi familiar, eramos como unha familia e de feito despois mantiven amizades e contactos. No cole tiñas que estar, pero no Conservatorio era diferente, había xente coa que compartías uns intereses en común, todos elixiamos estar alí. A parte boa da semana era ir tocar ao Conservatorio. Foi unha etapa moi bonita e o comezo dunha carreira”, recuerda la joven. 


Y eso mismo quiere trasladar la violinista a sus alumnos, niños de entre 7 y 14 años de edad a los que también instruye en la Orquesta de Cuerdas para que aprendan “a traballar en conxunto e que tamén se divirtan e lle collan ganas”. Y a los de cuatro, a los que imparte Música e Movemento, donde se puede empezar a coger el gusanillo. Unos niños “marabilllosos” que forman parte de una primera experiencia laboral que la tiene embargada porque “estánme dando a oportunidade de transmitir o que me transmitiron os meus profesores a min”. 

 

"Internamente, sempre o souben"

En su caso, fue hasta el punto de que pronto supo que quería convertirlo en su profesión: “Era un sentimento que tiña dentro, creo que internamente sempre o souben. Aínda que empecei moi nova pensaba: Creo que isto é o meu, vou arriscar”, explica. Y es que reconoce que vivir de la música “é un pouco máis incerto” respecto a otras carreras convencionales, pero “tamén tiña tempo para rectificar e a verdade é que non me arrepinto”. 


La cambadesa lleva 15 años formándose. Primero en Cambados, luego en el Profesional de Pontevedra y por último en el Superior de Zaragoza, su opción frente al de A Coruña por ese pulso joven de experimentar lejos de casa, “a onde sempre podes volver”, y de “afrontar un reto”. Entremedias, ha sido engrosando su currículum con clases de instrumentistas de prestigio internacional y con experiencias en una decena de orquestas, pero esto nunca se acaba. “É unha carreira que precisa moita dedicación, compartes a túa vida cun instrumento e tes que tomar conciencia diso.  A xente que non ten a alguén cercano que sexa músico non o podo imaxinar tan ben”, explica la profesora. 


Cuando acabó la carrera, en junio, lo único que tenía claro era eso, que el violín seguiría guiando su vida profesional, así que de regreso a Cambados empezó a pensar en el siguiente paso, seguramente seguir estudiando, hasta que se enteró de que iba a quedar vacante la plaza de su maestra. “Gústame a docencia, pero tamén tocar en orquestras, así que non quería pechar ningunha porta e estiven aplazando a decisión, pero  cando chegou esta oportunidade, non o pensei dúas veces”, cuenta. De momento, este es su futuro más próximo, pero quién sabe: “Levo practicamente toda a miña vida preparándome para chegar a un final que aínda non chegou”, explica la música sobre lo que el destino puede deparar a alguien que aún está empezando a vivir.  

 

 

De pupila a profe: “A parte boa da semana era ir tocar ao Conservatorio de Cambados”

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