CAMBADOS-Una reclamación judicial del constructor paraliza la subasta del chalé de Oubiña

El chalé de Laureano Oubiña en Vilagarcía no saldrá hoy a subasta tal y como tenía previsto la sociedad Segipsa para destinar el dinero al Plan Nacional sobre Drogas. Según el Ministerio de Sanidad, se ha decidido dejar en “stand by” hasta que se resuelva la reclamación judicial interpuesta por el constructor contra la familia del narcotraficante porque supuestamente le adeuda una cantidad de dinero.
La Sociedad Estatal de Gestión Inmobiliaria de Patrimonio (Segipsa) celebra hoy en Madrid una subasta de más de una veintena de bienes procedentes del fondo de decomisos del Estado por delitos de tráfico de drogas o de blanqueo. De hecho, algunas propiedades pertenecían a otro conocido narcotraficante gallego, José Antonio Pouso Rivas, Pelopincho, que está en paradero desconocido desde hace años.
El proceso sigue adelante en este caso, así como con la finca junto a la playa, en Nanín (Sanxenxo), de Oubiña, pero no en el caso de la vivienda de A Laxe, en Vilagarcía. Fuentes del Ministerio de Sanidad explicaron que se ha decidido frenar su subasta porque existe una reclamación judicial del constructor a la familia del narcotraficante cambadés. Le acusa de adeudarle una cantidad por el trabajo realizado. Los bienes fueron decomisados y ahora están ahora a cargo de la administración y esta ha decidido esperar a que se resuelva susodicho litigio. Cabe recordar que el constructor de la vivienda, Amancio Costa, había sido condenado a tres años de cárcel por blanqueo de capitales en el mismo proceso que mantiene a Laureano Oubiña en prisión y en el que la justicia consideró probado que  la parcela de Nanín y las fincas donde se asienta este inmueble fueron adquiridas por él y su esposa, ya fallecida, Esther Lago, para ampliar la casa familiar de los Lago, pero los fondos empleados procedían del narcotráfico.
El chalé iba a salir a subasta con un precio inicial de 366.000 euros y el lote también incluía otras fincas: tres rústicas de 1.139, 500 y 454 metros cuadrados, cada una; y una urbana no edificada de 940 metros cuadrados. El inmueble comparte las instalaciones del agua, calefacción y la escalera de salida con esa vivienda de la familia política del cambadés.