En mi peregrinaje ambiental por toda la geografía gallega llevando el Programa Galego Municipios Saudables e Sostibles 2000-2025, abriendo nuevos caminos a favor de la salud ambiental gallega y planetaria, entre los muchos desafíos que tenía por delante, estaba el poner en valor el potencial termal y de las aguas mineromedicinales de Galicia, y contribuir a la revitalización de sus balnearios, de ahí que siempre hubo un espacio en la programación teórico-práctica de los 65 Cursos de Saúde Ambiental celebrados hasta ahora, de cara a optimizar más y mejor los recursos termales de que disponemos, así como los beneficios terapéuticos que aportan a la salud, visitar los balnearios y apoyar la balneoterapia como recurso de salud y bienestar social que no está reconocido suficientemente, además de suponer un reclamo y un apoyo a Galicia como destino turístico saludable, sostenible y de calidad, que ofrece múltiples variantes: turismo termal, turismo de naturaleza, turismo de salud, turismo playero, turismo gastronómico, turismo enológico.

Galicia, principal destino termal de España, posee una extraordinaria riqueza en aguas termales y mineromedicinales (bicarbonatadas, cálcicas, carbogaseosas, cloruradas, ferruginosas, fluoradas, magnésicas, oligometálicas, radiactivas, sulfatadas y sulfuradas), y es un referente a tener en cuenta por el valor terapéutico de sus aguas y de sus balnearios (balnearios terapéuticos para tratar patologías respiratorias crónicas y musculoesqueléticos, problemas dermatológicas, etc., con la finalidad de curar a los pacientes que llegan con este tipo de dolencias), de cara a que se incluya la balneoterapia/cura termal en la Sanidad Pública/Seguridad Social, al igual que ocurre en Alemania y en Francia, sobre todo si tenemos en cuenta que cada vez hay más evidencia científica de la eficacia de la cura termal en procesos reumatológicos; de hecho, la patología músculo-esquelética es la responsable en la actualidad de la mayoría de las prescripciones de las curas termales en diversos países europeos. Las curas termales supondrían un ahorro importante en gasto farmacéutico a la Sanidad Pública, de ahí que espero que deje de ser una esperanza utópica y se convierta en una realidad tangible más pronto que tarde.

Hay mucha confusión respecto a lo que es un balneario y un SPA, y no estamos hablando de lo mismo aunque mucha gente lo asocie; de ahí que es necesario hacer pedagogía social para que la población tenga muy clara la diferencia que hay entre un balneario que aprovecha las propiedades terapéuticas de sus aguas termales y aguas mineromedicinales, y por tanto con múltiples beneficios para la salud, y un SPA que utiliza agua del grifo que se calienta y que solamente tiene efectos mecánicos y térmicos, y cuyo uso es de carácter lúdico-recreativo. De esa manera podrá elegir libremente y con fundamento la opción que más se adapte a sus necesidades. Todo mi apoyo a la balneoterapia gallega como recurso de salud, que tenemos que aprovechar más y mejor.

* Científico, académico, experto en salud ambiental y salud pública