La sombra (negra) de ETA

En esta España irreconocible no paran de surgir acontecimientos que nos sobresaltan, que no comprendemos y que rompen la historia reciente hasta borrar de los libros los hechos ciertos que todos recordamos y que todos sufrimos. En el imaginario colectivo de nuestra sociedad pervive el recuerdo de cuerpos destrozados, de niños asesinados, de servidores públicos masacrados, de civiles acribillados, de empresarios secuestrados y de zulos infernales. Todo ello por obra y “gracia” de una banda terrorista que fulminó más de mil vidas de españoles por el mero hecho de serlo. ¡Como lo vamos a olvidar! Cada día, cada telediario de aquella época comenzaba con imágenes catastróficas provocadas por el odio de aquella banda asesina y maldita. Esto es un relato de hechos sucedidos, no se puede cambiar por muchos esfuerzos que el Psoe haga por blanquear el mundo etarra. El acuerdo entre Bildu y el Psoe en Pamplona pretende normalizar como interlocutor político al partido heredero de aquellos asesinos y cumplir una de las demandas de aquella banda que era anexionar Navarra al País Vasco. Entre los asesinados, insignes socialistas que vieron truncadas sus vidas y que hoy ven, desde donde estén, como sus sucesores a los mandos del actual Psoe se abrazan con sus asesinos. Bildu incluyó en sus listas electorales a cuarenta y cuatro condenados por terrorismo, muchos de ellos con delitos de sangre y, aunque dijeron que renunciarían a tomar posesión de sus actas, nadie confirma que tal cosa haya sucedido. La actual portavoz de Bildu en el congreso de los diputados, cuando dirigía Gara, un periódico que señalaba a las víctimas que serían ejecutadas, tituló en primera plana de aquel bodrio periodístico: “Ortega Lara vuelve a la cárcel”, refiriéndose al funcionario de prisiones secuestrado por Eta durante casi mil días en un zulo donde esperaba la muerte. Nadie en el Psoe ha mostrado su rechazo al acuerdo con los herederos de Eta. Chivite, presidenta de Navarra y socialista dijo no hace muchas semanas que nunca darían a Bildu la alcaldía de Pamplona, pero pocos días después “cambió de opinión” al más puro estilo Sánchez y aplaude ahora con entusiasmo la felonía socialista. Salvo algunos ex dirigentes socialistas nadie en el Psoe levanta la voz, nadie se rebela contra decisiones que los deben de avergonzar, que los humillan y que algún día serán la causa de su muerte política. Es el precio del apoyo de Bildu a la investidura de Sánchez. Muchos nos preguntábamos a que acuerdo habrían llegado socialistas y filo etarras para que apoyaran a Sánchez, ahora empezamos a tener respuestas. Nadie cree ya en la palabra de los socialistas porque toda su validez es susceptible de “cambios de opinión” y, con la misma naturalidad que antes defendían blanco, ahora defienden negro y cuentan con la inestimable ayuda de su coro mediático de palmeros de estómago agradecido que cambian también de opinión sin ruborizarse, debe ser que les compensa. Pero los españoles no podemos digerir tanto cambio de opinión y siempre al servicio del mismo. Fíjense a donde hemos llegado, Junts anuncia que Sánchez se reunirá con el prófugo Puigdemont, el presidente Sánchez y su gobierno juegan al engaño porque les avergüenza ver al presidente de todos los españoles reunido con un fugado de la justicia española en un país extranjero, a oscuras, sin testigos, pues bien, los españoles le dan credibilidad al representante de Junts y no al presidente de España. Claro que habrá reunión, está en la factura de los siete votos de la investidura. Una vergüenza.

La sombra (negra) de ETA

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