El cáncer de mama: vivencias, investigación y perspectivas de futuro

El cáncer de mama: vivencias, investigación y perspectivas de futuro
La doctora Silvia Antolín, oncóloga del CHUAC especialista en cáncer de mama e investigadora del INIBIC I CEDIDA

Un bulto en el pecho tras una pequeña autoexploración en casa fue lo que alertó a Loly Carbajo (69 años) y Amparo Bargueño (47 años). Ambas eran conocedoras de lo que podía suponer en sus vidas y esperaron un tiempo para acudir al médico, pero el diagnóstico confirmó sus sospechas: padecían cáncer de mama.

Como ellas, se estima que 1 de cada 8 mujeres desarrollará cáncer de mama a lo largo de su vida según el GEICAM, el grupo líder en investigación en cáncer de mama en España. En 2022 en España se diagnosticaron alrededor de 34.740 nuevos cánceres de mama contabilizados por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), de los que 2.000 fueron en Galicia. 

 

El cáncer de mama es el tipo de cáncer más frecuente entre mujeres y supone el 30% de los diagnósticos de cáncer en el país. Es el segundo con mayor incidencia, solo por debajo de los de colon y recto. Los hombres también lo padecen, pero en menor medida (entre el 1-2% del total).

 

Un bulto en el pecho tras una pequeña autoexploración en casa fue lo que alertó a Loly Carbajo (69 años) y Amparo Bargueño (47 años)

 

Origen multifactorial

 

Loly Carbajo ejercía como enfermera y tenía 60 años en 2014 cuando se palpó un bulto de 5 cm. “Te quedas en shock, necesitas un tiempo y te lo crees, pero luego vas siguiendo los procedimientos mecánicamente. Yo nunca me paré a pensar por qué me ha tocado. Nunca me he hecho esa pregunta ni me la haré, al igual que no me la hago cuando me pasan cosas bonitas”, reconoce nueve años después del diagnóstico.

Amparo Bargueño acudió a urgencias en agosto de 2022 después de percibir que algo iba creciendo en su pecho derecho: “Fui a la ginecóloga para hacerme una revisión anual y me dio unas pastillas anticonceptivas a raíz de reglas muy abundantes. A los meses de tomar las pastillas me salió un bulto en el pecho derecho, pero podían aparecer como un efecto secundario de las pastillas y me aferré a eso. Sin embargo, empezó a crecer. Un día fui a urgencias y ya me hicieron la mamografía y la biopsia. Yo sabía que algo había, pero me daba miedo”, explica Bargueño.

 

Ninguna tenía constancia de que algún familiar hubiese padecido la enfermedad. La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) estima que solo el 5-10% de los cánceres de mama son hereditarios. Existen otros diversos factores considerados de riesgo.

 

“Cuantos más picos de estrógenos tengas a lo largo de tu vida activa es peor. Si tenemos una regla muy pronto y una menopausia tardía, estamos en riesgo. Si no hemos tenido ningún embarazo, estamos en riesgo. Si consumimos anticonceptivos con estrógenos asociados, estamos en riesgo. Todo influye para que el diagnóstico ocurra, pero aún no sabemos por qué motivo con esos factores de riesgo unas pacientes lo desarrollan y otras no” transmite Silvia Antolín, oncóloga del CHUAC especialista en cáncer de mama e investigadora del INIBIC.

 

La incidencia de cáncer de mama se ha incrementado en los últimos años, según la AECC por el envejecimiento de la población (la edad es un factor de riesgo fundamental en el desarrollo del cáncer) y otros factores como el sedentarismo (un estudio del GEICAM mostró que las mujeres españolas sedentarias tienen un 71% más de riesgo de desarrollar cáncer de mama), el consumo de tabaco, alcohol y una dieta poco saludable.

 

La globalización del cribado poblacional y la concienciación también influye en el aumento de diagnósticos. En Galicia este año se rebajó la edad mínima de acceso al cribado de cáncer de mama, que pasará de los 50 a los 45 y se amplió la edad máxima de los 69 a los 74.

 

“Ahora estamos diagnosticando cáncer de mama en pacientes de 90 años cuando eso hace quince años no ocurría. En las pacientes más jóvenes no nos queda muy claro por qué aumenta esta incidencia, puede ser por el estilo de vida: la mujer trabaja, tiene los hijos más tarde y por lo tanto más ciclos menstruales sin embarazo. Aunque es cierto que la gente se cuida y hace más deporte, puede ser algo que influya ya que el embarazo parece que “protege” ante el cáncer de mama, pero tenemos que investigar más al respecto” reconoce la especialista Silvia Antolín.

 

El tratamiento: un proceso duro a tratar desde una perspectiva integral

 

El camino que comienza desde el diagnóstico conlleva implicaciones psicosociales para la paciente y su entorno. La falta de autoestima, el malestar físico y psicológico y la falta de recursos económicos (según un estudio de la Asociación Española Contra el Cáncer el 35% de pacientes pierden el trabajo o lo deben dejar y en muchos más casos implica una pérdida de ingresos dejando al 15% de ellas en una situación de extrema vulnerabilidad económica y laboral) son situaciones comunes.

 

Estas se ven incrementadas por los efectos secundarios de los tratamientos. “Me acuerdo de algo que me impacta al pensarlo ahora: cuando estaba en las dos últimas sesiones de quimio y me quedaba dormida, no tenía esa sensación de miedo de no despertarme. Me daba igual si despertarme o no” narra Loly Carbajo, sin hijos y con una menopausia tardía, a la que se le diagnosticó cáncer de mama HER2+, un tipo en cuya investigación se ha avanzado.

 

La caída del pelo y la mastectomía son dos de las consecuencias asociadas al cáncer de mama en la sociedad y de las primeras cosas con las que deben lidiar las pacientes.

 

“La pérdida del pelo pensé que me iba a traumatizar un montón. Antes del diagnóstico lo tenía por la mitad de la espalda. En cuanto me lo dijeron, me lo corté para no notar un cambio tan brusco y luego al cero me rapó mi marido en casa. Me compré las pelucas, pero las usé un día y me empecé a poner pañuelos. A las semanas tampoco me sentía a gusto con ellos y decidí salir a la calle sin nada” explica Amparo Bargueño, que tenía dos hijas de 22 y 16 años cuando le diagnosticaron cáncer de mama luminal B. Carbajo se emociona cuando ve mujeres con pañuelo a día de hoy.

 

A ambas le realizaron mastectomía, pero no es lo más habitual en la actualidad. “Los tumores son más pequeños, los diagnósticos más precoces y no hay afectación ganglionar. Se intenta realizar una cirugía conservadora. Hacemos mastectomía cuando el tumor está en diferentes cuadrantes de la mama o en algunos casos en pacientes con alteraciones genéticas por prevención” detalla la oncóloga Silvia Antolín.

 

La Asociación Española Contra el Cáncer: información, servicios e investigación

 

Desde las asociaciones, apoyan a las diagnosticadas y a su núcleo familiar cercano en todo el proceso. La Asociación Española Contra el Cáncer atendió en el año 2022 a casi 11.000 pacientes con cáncer de mama (el 30% de mujeres con cáncer de mama que se diagnosticaron). La mayor parte de las personas atendidas tenían problemas de ansiedad y estrés y necesidades de información sobre la enfermedad y recursos sociales (prestaciones, discapacidad, etc.).

 

“Yo invitaría a toda aquella persona o familia afectada a que viniese a la asociación. Van a recibir atención de rigor, calidad y profesional sin la necesidad de hacerse socios. Nosotros somos un servicio gratuito y van a encontrar todo tipo de información, banco de pelucas, material ortoprotésico, fisioterapia, psicología, etc. Es decir, un apoyo 360º que necesita cualquier paciente oncológico y en este caso de cáncer de mama” explica Dolores Estrada, tesorera de AECC de A Coruña.

 

Amparo Bargueño decidió acceder a los servicios de la AECC después de su mastectomía: “Me pareció que me hacía falta atención psicológica. Solo fui en una ocasión, pero me ayudó mucho. A raíz de los tratamientos tengo secuelas como los dolores articulares y sigo yendo a la fisio. Como me he sentido tan a gusto con ellos me he hecho voluntaria” relata Bargueño.

 

En la asociación apuestan además por dos premisas fundamentales: detección precoz e investigación: “La investigación nos va a salvar a todos y no debemos bajar la guardia. Cuidarnos a nosotras mismas es fundamental y cuanto más temprano detectemos un diagnóstico de cáncer de mama, la esperanza de vida aumenta” reivindica la tesorera.

 

Según la SEOM, el estadio en el que se ha diagnosticado el cáncer influye en la supervivencia. La supervivencia en el estadio I es de más del 98% y en cambio en los estadios IV la supervivencia desciende al 24%.

 

 

 

Avances en investigación y cáncer de mama triple negativo

 

En los últimos años se ha avanzado en investigación y el porcentaje de personas que sobrevive a la enfermedad es mayor al 80%.  “La supervivencia en cáncer se ha duplicado en los últimos 40 años y esto se debe al avance en investigación. A nivel nacional y gallego la oncología está a un nivel muy alto. En el hospital en el área de A Coruña trabajamos en más de 25 ensayos clínicos en cáncer de mama” destaca Antolín.

Entre los avances más representativos: nuevos fármacos que reducen la toxicidad de los tratamientos y terapias de anticuerpo-droga orientados (fármacos precisos que van dirigidos a la célula tumoral).

 

Sin embargo, el cáncer de mama todavía es una enfermedad no resuelta en su fase metastásica (cuando el cáncer de ha extendido a otras partes del organismo) y existen subtipos como el cáncer de mama triple negativo que se asocia a pacientes más jóvenes y para el que aún es necesaria investigación.

 

“El cáncer de mama triple negativo es el menos conocido y no hay tratamientos específicos para este cáncer, solo quimioterapia. En algunos hospitales también están dando inmunoterapia, pero no a todas las triples nos vale. El triple negativo es como una especie de cajón de sastre donde van a parar los tipos de cáncer que no entran en hormonal o HER2+. También nos hemos encontrado la soledad del paciente en remisión. En Galicia no hay un criterio específico donde te citen para las revisiones” relata Mónica Lameiro, una de las vocales de la Asociación Las triples, que agrupa a pacientes con esta tipología.

 

El cáncer de mama triple negativo representa alrededor del 10% al 15% de todos los cánceres de mama según la American Cancer Society y el término “triple negativo” se refiere al hecho de que las células de este cáncer no contienen receptores de estrógeno ni de progesterona y además tampoco producen exceso de la proteína HER2. Estos cánceres tienden a ser más comunes en mujeres menores de 40 años y sus tasas de supervivencia no son tan altas.

 

La oncóloga Silvia Antolín explica que son tumores más huérfanos de fármacos, aunque actualmente se trabaja en la investigación de este subtipo con el objetivo de prevenir recaídas y enfocar un tratamiento dirigido reduciendo la toxicidad de los mismos.

 

 

Integrantes de la Asociación Las Triples I CEDIDA 


 

El número de teléfono de la AECC 900 100 036 está disponible las 24h y es una vía mediante la que acceder a la asociación e informarse sobre todo tipo de ayuda gratuita a personas afectadas y a su entorno más cercano.


 

 

 


 

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