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martes | 16 abril | 2024
En un momento en el que la agenda política y social tiene el foco puesto en el coche y la contaminación que provoca —llegando a plantearse incluso la retirada de los vehículos más nocivos para el medio ambiente—, la red de comunicación del transporte público en Arousa sigue sin ofrecer facilidades ni tender puentes para reducir su uso.
La situación se vuelve aún más compleja si nuestro destino significa cruzar los márgenes de la Ría. Un
ejemplo de ello es el trayecto Vilagarcía-Ribeira. Echando mano del automóvil no significa ninguna odisea, ya que se recorre en poco más de 40 minutos. Sin embargo, la experiencia en bus parece ser una historia totalmente opuesta. Para empezar, no existe ninguna línea directa que conecte uno y otro margen, abocando a los usuarios a hacer un transbordo en Padrón.
Con esta premisa, partimos de viaje desde Vilagarcía, en la línea que conecta O Grove con Santiago, cuya salida está programada, en este caso, a las 10 horas de la estación de buses de la capital arousana. Tras unos minutos esperando sin éxito, desde información ponen sobre aviso de que la línea suele acumular retraso, ya que tras pasar por la comarca, tiende a dilatarse su llegada, apareciendo en la estación tras veinte minutos.
Una vez dentro, el interior del vehículo se encuentra prácticamente desierto, ya que solo cuenta con un usuario que también acaba su trayecto en Padrón. Una falta de afluencia, en la línea que cubre O Grove-Santiago, que cobra lógica ante la presencia de la estación de tren en Vilagarcía y el añadido del abono gratuito.
Ya en Padrón, la escala, con el bus Santiago-Ribeira, estaba proyectada para prolongarse por una media hora, sin embargo, la llegada del transporte se dilató en cerca de 25 minutos más de los esperado. Finalmente, tras pasar por Rianxo, Boiro y A Pobra, entre otras villas, llega a su destino final, Ribeira, a las 13 horas.
Como conclusión, el trayecto se convierte en una odisea de 3 horas para realizar un recorrido escaso. A esto hay que sumar el precio del trayecto, que asciende a más de 6 euros, que serían 12 en el caso de realizar ida y vuelta.
Sin embargo, pese a que tres horas ya parece un tiempo excesivo, lo cierto es que este itinerario puede
ocupar una mayor duración, ya que el tiempo de escala puede aumentar, puesto que las frecuencias de comunicación entre Vilagarcía y Padrón se vuelven realmente escasas, al igual que con el resto de la comarca, debido a que se trata de la misma línea que cubre el eje O Grove (o Sanxenxo), Cambados, Vilanova y Vilagarcía, además de comunicar a estas con otras zonas, como Catoira o Pontecesures. En total, cuatro repeticiones de ida y vuelta a lo largo de la jornada.
Esto choca con la frecuencia de la línea que une a Santiago con Ribeira, que cuenta con autobuses prácticamente cada hora, desde las 6 a las 21 horas, en días laborables.
Por otro lado, desde Ravella creen que la prioridad pasa por poner el foco en el transporte comarcal y las deficencias que presenta. Así, el Concello de Vilagarcía señala al Plan de Transportes de la Xunta y clama por incrementar las líneas y las frecuencias, cuyos horarios imposibilitan conexiones con institutos y trabajo.
Asimismo, señala que desde la Mancomunidade se ha trabajado en este sentido y que la única concesión que facilitó la institución autonómica fue la conexión entre Vilagarcía y el Hospital de O Salnés, que ya anteriormente pusieron en marcha desde el Concello ante sus carencias, según explica. Un sistema “precario” que hace “que sexa máis fácil chegar a Madrid desde a estación de tren que a O Grove” en bus.
En esta línea, el gobierno local señala que una de las posibilidades pasaría por un transporte marítimo, que sería más “fácil, rápido e eficaz”, como el que existía en la Ría en el pasado, que conectaba a ambos márgenes.
En el caso del ejecutivo de Ribeira, recuerda que el Eixo Atlántico planteó este mismo proyecto hace unos años y que representa una aspiración de los alcaldes de la comarca de O Barbanza. Sin embargo, transciende de las competencias municipales, aunque echa en falta que exista una base empresarial “que ofreza argumentos e propostas” para que esta idea pueda darse.
