Reportaje | Emoción, memoria y morriña en honor del artista que creó el Obelisco

Reportaje | Emoción, memoria y morriña en honor del artista que creó el Obelisco
El acto empezó en la calle con la música de “Os Terribles de Arousa” | mónica ferreirós

Familiares del escultor y amigos invitados por el Faiado da Memoria tiñeron de recuerdo y de emoción el descubrimiento de una placa donada por la familia Fontenla a la sede del colectivo que lucha por la memoria en la ciudad. Una placa que no estará a los pies de la escultura (originalmente ubicada en lo que es hoy Praza de Galicia y hoy en la rotonda de O Cavadelo) sino en una pared del Faiado, justo al lado de una ilustración cuidada de la emblemática columna ornamental.
El acto de descubrimiento de la placa se realizó a pie de calle y con la música de Os Terribles de Arousa de fondo. Al filo de las doce del mediodía la actividad se trasladó a la sede del Faiado. Fue allí donde sonó “La Rianxeira” en boca de los presentes y donde Margarita Teijeiro hizo repaso histórico de cuando se encargó el Obelisco para Vilagarcía. Fue en el año 1931 siendo alcalde Elpidio Villaverde y varios artistas se mostraron interesados en realizar la obra. En agosto de 1932 Ramón Fontenla entregó la obra al Concello. “O Obelisco sempre foi unha referencia para xeracións de vilagarciáns. Antes non había móbiles e cando quedabamos cos amigos sempre o faciamos alí”, explica Teijeiro, que volvió a reclamar que la columna vuelva al sitio para el que fue concebido.
En el acto de ayer se evidenció que el arte de la familia Fontenla no solo se quedó en Ramón, exiliado a Argentina en el franquismo. Esa vena artística la heredaron sus hijas, Angélica y Esther, que ayer demostraron su pasión por la cultura gallega. Esther bordó con su voz (escuchada durante años en el Teatro Colón) el “Lonxe da terriña”. “Canción que me trajo mi papá”, recordaba emocionada y acompañada por Carlos Rey. Angélica, con sus 93 años de vida y de cultura, recitó el poema “A emigración”, de Curros Enríquez, como canto a la historia que vivieron miles de gallegos.
Cristina, nieta y ahijada de Ramón Fontenla, apuntó que “esta tierra huele a la niñez que me contaban, a la morriña tan relacionada con los refugiados y el exilio”. Pequeños retazos de historia local y de cultura que han cruzado el Atlántico.
El homenaje a Ramón Fontenla no termina aquí. El viernes a pie de Obelisco también habrá un pequeño acto en el que estarán presentes miembros del gobierno municipal. l

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