Castigo: Urnas vacías

Amigos: “No son las malas hierbas las que ahogan la buena semilla, sino la negligencia del campesino” (Confucio). “La prueba de un afecto puro, es una lágrima” (Lord Byron). “El ruido de un beso no es tan fuerte como el de un cañón, pero su eco dura mucho más” (Oliver Wendell Holmes).
Hastío, cansancio, no hay palabra en el diccionario que defina a nuestros “políticos”, por llamarles de alguna manera, porque esa palabra es demasiado grande para ellos. La ciudadanía está al borde del colapso mental y social y ya no va a seguirles el juego de ninguna de las maneras. Ya lo comenté anteriormente en otra ocasión no hace mucho y siguen con la misma partitura, sin darse cuenta que están cavando su propio infortunio. Porque el pueblo observa y calla, pero cuando decida, da la puntilla y aquí no hablo de colores, ni de siglas, ni siquiera de ideas. Hablo de un bien general, para los ciudadanos, los que creen aun en la política y los que no, que ahora son mayoría, porque nos decepcionan una y otra vez, machaconamente, y el pueblo paciente otorga, calla y luego decide.

Creo llegado el momento de ya dar un golpe sobre la mesa y decir basta de tomadura de pelo, a que estén jugando al póquer con la decisión y el voto de los ciudadanos de un país, que espera, y en silencio aguanta las iniquidades de los pseudo políticos, que se ríen de todos y no los tienen en cuenta para nada. La ambigüedad reina en todos ellos y tienen su nido en donde se concentran en el Congreso de esta nación, trescientos cincuenta (350), que pierden el sentido de la realidad social de los ciudadanos que de buena fe los ha puesto allí, les da de comer y vestir a todo lujo. Y estos, ¿cómo se lo pagan?, tomándoles el pelo de esta manera tan vil y canalla, empobreciendo al estado, por no trabajar, por no realizar el trabajo para el que fueron puestos allí. Toda esta bofia, si tuvieran un mínimo de decencia, dimitiría del puesto. Cobrar para no trabajar, a la par de falta de la mínima honestidad, es una estafa en toda regla, a todo el país,  y deberían quedar encerrados en su nicho, con empleo pero sin sueldo el tiempo necesario,  hasta que salga la fumata blanca, ni más ni menos. 

Un servidor de ellos, me sentiría avergonzado y con un alto grado de depresión personal y colectiva que me llevaría a pedir asilo político en la Antártida para no volver, nunca más. De todo ello hay que tomar nota, repito, tomar nota, y estos que no vuelvan a pisar el salón de sesiones. Ahí deben estar los mejores sin dudarlo como los hubo en épocas anteriores, no aprendices de taberna, así es imposible sacar nada en limpio, y menos una cosa tan seria como una investidura o  la formación de un gobierno. 

En una empresa medianamente seria, estarían todos en la Rúa del Percebe, ni siquiera en el paro los querrían, y desde luego les haría devolver todo lo cobrado, desde el primer día, puesto que los objetivos propuestos han fracasado por completo.Hay que cambiarlos ya, con estos mariachis de baja estopa no vamos a ninguna parte. Desde aquí suelo hablar lo que piensa la generalidad de la calle, del pueblo, excepto los contaminados  por unas ideas ya preconcebidas de cada partido, pero que no son ni por asomo la realidad de la ciudadanía libre de colores ni de banderas, lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Es una realidad. No podemos como ciudadanos libres poner al mando de nuestra nave a una panda de trileros, que a lo único que juegan es a lo que saben, engañar y hacer trampas, apañados vamos, nos mandan a pique y se llevan el oro. 

Eso del dialogar, oír, escuchar y ceder por ambas partes para llegar a acuerdos favorables para las dos partes, que significaría per se, para los ciudadanos de la nación, eso es la política y lo demás cuentos de las mil y una noches, que no llevan a nada. Y mientras no hacen nada, hablan por los codos todos a la vez, no se escuchan, ni siquiera se oyen, no hay soluciones, ninguna aunque sea por separado. Una cosa sí la hacen todos sin faltar ni uno, ir corriendo a cobrar la nómina, ahí están todos de acuerdo, quizás habría que empezar por ahí, no cobrar hasta que se llegue a un acuerdo, y encerrados. Es una idea, pero por un servidor la ponía en práctica. No es broma. Y pobre de ellos si se repiten elecciones, que empiecen a correr. Así como los presuntos votantes no lo hagan, ¿para qué?, ¿más de lo mismo? Anda ya a reíros del súnsun corda. 

Me voy a la playa, eso seguro, y vosotros, espero que también. Un saludo amigos. Y urnas vacías como castigo. Saúde e TerrA.

Castigo: Urnas vacías

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