Pese a que en los últimos meses son numerosos los esfuerzos que se el Concello de Riveira viene realizando para divulgar y promocionar la exposición que conmemora el hundimiento ocurrido el 2 de enero de 1921 del vapor “Santa Isabel: emigración, traxedia, heroísmo”, que lleva abierta desde el pasado 28 de octubre en el auditorio municipal, no ha pasado desapercibida para los responsables municipales otra conmemoración. Se trata de la conmemoración del 70 aniversario del naufragio del pesquero del cerco “Cartagena Nº 3”, que para los más viejos del lugar es la mayor tragedia ocurrida en la localidad, pues fallecieron los 23 tripulantes de Aguiño y Carreira. Sólo se recuperaron 4 cadáveres.
Para este acto en recuerdo de dicha catástrofe marítima registrada en abril de 1945 a la altura de los bajos de Corrubedo, que tendrá lugar este domingo, día 19 de abril, a partir de las seis de la tarde, se ha elegido el mismo escenario, el auditorio municipal riveirense, y se ultiman los detalles de lo que, a buen seguro, será un homenaje a las víctimas. Un marinero jubilado recuerda que en la jornada en que tuvo lugar dicha tragedia estaban el “Cartagena Nº 3” y otro barco de Aguiño en la zona de Corrubedo y decidieron regresar al puerto debido a que el mar estaba muy mal para faenar. Mientras el segundo volvió sin mayor novedad, el que finalmente se hundió se quedó retrasado y, posiblemente debido al mar encrespado y a la poca visibilidad, chocaron con las piedras de Rinchador, causando su rápido hundimiento, sin posibilidad de que se salvase alguno de sus 23 tripulantes.
Como curiosidades de aquel suceso, cabe decir que el armador y patrón de ese vapor, Francisco Fernández Oujo, se salvó de morir ahogado pues ese día no salió a faenar debido a que se encontraba convaleciente de una reciente operación de garganta. Por otro lado, un buzo, José Teira, del langostero “Bienvenido”, que realizó la inspección del pecio del Cartagena Nº 3, encontró restos de un buque holandés hundido en 1893. Del mismo modo, también halló el casco del cerquero aguiñense abierto de proa a popa, con el motor bastante alejado, así como estaban flotando la casete del puente de mando, una chalana perteneciente al barco, y restos del mismo y varios aparejos de pesca.