El excontable de la Cofradía de O Grove, Fabricio Fernández, declaró ayer en el juicio por el desfalco en el pósito meco y se sometió solo a las preguntas del fiscal y de su abogado. Durante su testimonio, aseguró que su problema con el juego (alega una ludopatía de la que estuvo siendo tratado durante un año y medio) comenzó en 2008. “Al principio jugaba por diversión y con mi dinero, pero luego me gasté el dinero de mi familia, el de mis negocios y el de la Cofradía. Sabía que tarde o temprano me iban a coger”, explicó.
Fabricio Fernández llegó a retirar importantes cantidades de dinero con su firma en Banesto y Caixabank con más de 40 transferencias e incluso en ventanilla entre 2009 y 2010, tal y como relató el fiscal, sin que ninguna de las entidades alertase de estos movimientos y, a pesar de que la retirada de dinero debía contar con una firma mancomunada. “Iba todos los días al Casino de La Toja. Estaba esperando a las ocho de la tarde que era cuando abría para jugar. Mi intención era recuperar el dinero, pero la bola se hizo cada vez más grande y me fue imposible, por eso opté por autodenunciarme”, dijo. Fernández relató que llegó a hacer incluso transferencias desde el propio casino de La Toja cuando se quedaba sin dinero. “En un curso que hice en Madrid me gasté en el casino entre 10.000 y 15.000 euros”, dijo.
El excontable aseguró que el dinero sustraído siempre fue a través de las entidades bancarias, pero nunca de ninguna de las dos cajas, la de la Pescadería y la de la Cofradía, tal y como se apunta desde la acusación. “Estoy dispuesto a pagar por lo que hice, pero no por lo que se me imputa”, incidió. Fernández apuntó en su declaración que su formación como auxiliar administrativo limitaba su capacidad para la gestión económica de la Cofradía. “Yo no tengo la capacidad de certificar avales ni tampoco de elaborar presupuestos. ¿Cómo va a hacer un simple auxiliar administrativo un presupuesto de una empresa que gestiona anualmente ocho millones de euros?”, dijo.
Sin embargo, reconoció que en más de una ocasión y ante la ausencia de la secretaria “sí certificó algún aval” hasta algo más de ochenta. Y es que a pesar de que reconoció que, en más de una ocasión, pudo tener acceso a la caja de la lonja en la que se guardaban los avales de los compradores y las tasas de socios como el resto de los trabajadores de la Cofradía, negó haber sustraído alguna cantidad. “Los avales tenían un recibí, sería ilógico que sustrajese el dinero y dejase el recibí en la caja”, explica.
En cuanto a la caja de la pescadería, Fabricio Fernández apuntó que, pese a no gestionar este ámbito, conocía al igual que el patrón y los trabajadores del punto de venta de pescado la clave de la caja fuerte. También explicó que a los pocos meses de la apertura de la pescadería advirtió al patrón mayor y la secretaria en ese momento de la Cofradía de O Grove que las cuentas “no le cuadraban” y que en alguna ocasión “cuando no podía el gerente” se había encargado del ingreso en el banco y que había tenido acceso a la caja fuerte que no estaba custodiada por ningún sistema de seguridad.
El excontable asegura que sus ingresos se limitan a actuaciones en una orquesta de “tercera división”
Fabricio Fernández aseguró que su problema con el juego “me destruyó la vida” y que en la actualidad “solo tengo deudas”. En la actualidad, el excontable relató que cuenta con unos ingresos de “5.000 o 6.000 euros al año” procedentes de actuaciones periódicas en una orquesta de “tercera división” y que incluso “no tengo dinero para pagar al abogado. Me lo pagan mis padres y me ayuda mi actual pareja para comer y vivir”. Es en septiembre de 2010, estando de baja en la Cofradía, cuando acude a asociación especializada en ludopatía (Agaja). “Llevo nuevo años sin jugar. Estuve año y medio en Agaja que fue la que me recomendó que me autodenunciase y me enfrentase a mis actos. Mis padres controlaban mi dinero y me daban dos euros diarios para los que tenía que justificar el gasto", explicó. Al tratarse de un caso tan mediático y el juicio tardase tanto en celebrarse fue para el excontable, según declaró, un problema. “Mi foto y mi nombre salió en todos lados.¿Cómo voy a encontrar trabajo así?”, dijo. Fernández llegó a decir ayer: “Ojalá se hubiesen aplicado los controles en el banco y no me hubiesen permitido sustraer este dinero”.