A Pobra.- El conocido delincuente que se escondía de la Guardia Civil en casa de un amigo escapa por el tejado sin ser descubierto

Un conocido delincuente de A Pobra que, conocedor de que era buscado por la Guardia Civil por un reciente robo en una tienda de lencería, se escondía desde primera hora de la noche del miércoles en casa de planta baja de un amigo en la céntrica Rúa Nova, consiguió escapar de la misma sin que los agentes que custodiaban ese inmueble se percatasen de ello. Los efectivos de la Benemérita, que habían llegado en torno a las once de la noche del miércoles para proceder al arresto de ese individuo, estuvieron aporreando la puerta y llamando en reiteradas ocasiones por él al grito de “Rubén, sal”, estuvieron pendientes de la puerta y de un ventanuco, por los que llegaron a salir algunos de los que acompañaban a la persona que buscaban. Según parece, se escapó por un huevo que abrió en el tejado al retirar unas uralitas sin hacer ruido y luego huyó por la parte superior de otras viviendas que hay cerca. 
Según relataron algunos vecinos, los guardias civiles estuvieron hablando en diferentes momentos de la noche con el delincuente, pero no podían entrar a detenerlo porque no contaban todavía con el mandamiento judicial de entrada y registro. Algún residente describió una escena en la que se pudo ver a los tres inquilinos de la vivienda tratando de tomar aire por el referido ventanuco, pues algo provocó que el ambiente fuera irrespirable y que les picase la garganta, responsabilizando de ello a los efectivos del instituto armado.
En los primeros momentos, el hombre al que buscaban les contestaba con negativas en relación a la demanda que le hacían para su entrega voluntaria. Pese a que insistieron en pedirle que saliera de la casa, con el paso de las horas ya no les respondía. Ello provocó que los miembros de la Benemérita empezasen a dudar si continuaba en el interior, pese a que no lo vieran salir. Los guardias cogieron una escalera con la que se encaramaron en el tejado y pudieron comprobar que estaban levantadas o movidas algunas planchas de fibrocemento que cubrían el inmueble, además de que ya no había nadie en su interior. Poco después empezaron a circular informaciones de testigos que lo vieron por la calle, precisando que les llamó la atención que estaba “moi demacrado".