8º-15º
martes | 30 abril | 2024
El nombre de aquellos que tienen el honor de leer el pregón de la Festa da Auga se mantiene en secreto hasta el momento en que la imagen de San Roque llega a la capilla que lleva su mismo nombre. Por estadística, en los más de 30 años que esta fiesta popular lleva celebrándose en Vilagarcía, fueron muchos más hombres que mujeres los que tuvieron la suerte de subirse a la gran grúa para tirar el primer balde de agua que da inicio a la celebración año tras año. En un 2018 marcado por la huelga feminista y por protestas en la calle por la sentencia de La Manada cabía esperar que el feminismo y la reivindicación de las mujeres llegase a inundar también la Festa da Auga. Y así fue. Dos de las componentes de la asociación O Soño de Lilith se subieron a la grúa para reivindicar en su pregón la “revolución das mulleres”, para reclamar fiestas multitudinarias que sean “seguras para todas” y para poner el acento en la igualdad a todos los niveles. “Por unha Festa da Auga e un San Roque feministas”, gritaron las dos componentes de O Soño do Lilith.
Y es que el feminismo ya se dejó notar desde un primer momento en las celebraciones festivas de este año. De hecho el Punto Lila estuvo ubicado en la explanada delantera del Auditorio durante más de doce horas para que todas aquellas mujeres que sufriesen algún tipo de abuso o agresión pudiesen denunciarlo. La igualdad, que también estuvo presente en el balcón de Ravella durante el pregón de San Roque, fue la temática en el del Auga y también en muchas de las camisetas que plagaron las calles del centro urbano tanto durante la noche previa como en el “baño multitudinario” de la jornada de ayer.
La gente, la gran esencia
Lo cierto es que, una vez más, el poder de la gente fue lo que caracterizó el éxito de la Festa da Auga, este año con el punto de mira en el blindaje de la Praza de Galicia, que no sufrió ningún tipo de contratiempo. Los "aspersores" colocados de forma estratégica en el centro neurálgico no echaban demasiada agua, pero para eso estaban los efectivos de Protección Civil subidos a los andamios con agua a raudales salida de sus mangueras.
Y es que la sed de diversión era ayer imparable en la capital arousana. Desde el momento en que San Roque entró en la capilla los balcones de las principales calles de la "zona húmida" soltaron litros y litros de agua para atender a los sedientos de "aquí no llega". Llegó, y llegó a rincones inusitados con una banda sonora promovida por los locales hosteleros que se extendió hasta bien entrada la tarde.
Cabe recordar que la Festa da Auga nació de forma espontánea y que es la gente de todas las edades la que, aún a día de hoy, mantiene esa esencia campechana desde las doce del mediodía.
