BOIRO-Vuelven a robar en el céntrico bar Ricks, al que ya entraron hace una semana, y se llevan 1.200 euros

El dueño del café bar Ricks, ubicado en la céntrica calle Principal, de Boiro, está desesperado y ya no sabe lo que hacer para que no le vuelvan a entrar a robar. Después de que la semana pasada los ladrones entraron y se llevaron un suculento botín de unos 6.000 euros, entre el dinero de la tragaperras y de la caja registradora, en esta ocasión fueron a por esos mismos objetivos, pero la cantidad de dinero que contenían no era la misma, sino bastante inferior. De todas maneras, entre la recaudación de la máquina recreativa y el cambio que había escondido, pero que lograron dar con él, se pudieron llevar del orden de 1.200 euros, a falta de que se complete el inventario.
Según pudo saber este periódico, los ladrones aguardaron a que cerrase el establecimiento para entrar en torno a las cuatro y media de la madrugada de este lunes, que fue cuando saltó la alarma, por lo que al propietario no le extraña que los estuvieran vigilando para asaltar el negocio sin que hubiera nadie dentro. De hecho, el dueño del local hostelero manifestó que aún estaba entrando por la puerta de su casa cuando le dieron el aviso y regresó para comprobar lo sucedido. Al lugar también acudió una patrulla de la Guardia Civil, pero cuando llegaron ya no había nadie, pese a que se sospecha que los cacos debieron de estar bastante tiempo dentro para poder dar con el dinero escondido, salvo que tuvieran conocimiento previo de esa circunstancia.
Al igual que hicieron en la madrugada del pasado 29 de junio cuando palanquearon la puerta posterior de la terraza y rompieron el cristal de seguridad para poder entrar. Luego se dirigieron directamente a la máquina tragaperras, en la que no causaron grandes destrozos y luego cogieron el dinero guardado para el cambio, además de media decena de botellas de licores “premium”, especialmente de ginebra y whisky. Javier Teira, dueño del café bar Ricks, manifestó que ya no sabe lo que hacer para hacer frente a los ladrones. Todavía con el enfado que le causó este nuevo robo, estaba pensando en reforzar la seguridad del local, como pudiera ser con la instalación de rejas u otros obstáculos que ahuyenten a los “chorizos”.