Contra los abusos de poder

en este país los políticos se atacan venga al caso, o no. Lo digo por el escándalo que se armó por las declaraciones del ministro Catalá sobre la sentencia de La Manada, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, arremeten contra él, sin darse cuenta que sus declaraciones coinciden con las protestas en las calles. Ni tampoco sé si el ministro hizo esas declaraciones para ganar votos.
No seré yo quien defienda al ministro del Gobierno del PP, pero si los partidos nombran y se reparten los órganos judiciales, también deben tener opinión sobre su trabajo, lo mismo que en los demás cargos públicos. Juzgar no es tarea fácil, pero resulta alarmante que un juez pida la libre absolución del rebaño que  robó el teléfono a la chica, actuaron como animales, degradando a la especie humana planificando con premeditación y alevosía un acto sexual de manada en un portal, grabarlo y subirlo a redes sociales, vulnerando protección de datos personales, degradando a una persona, y por encima aparece  el voto particular para dejarlos absueltos. Eso fue lo que alarmó. Menos mal que había un tribunal, pero no entiendo como hubo cierto corporativismo solidarizándose con este  juez. Con todos mis respetos a los portadores de las puñetas deben saber que las críticas van en el sueldo como en todo cargo público.
Digo esto porque es un caso que llueve sobre mojado. La justicia parece no haberse enterado del cambio social donde la mujer tiene reconocido su derecho a decidir sobre su cuerpo. Y no vale escudarse  en la carente Ley, los tribunales también hacen jurisprudencia cuando así lo estiman. Estos cinco salvajes no tienen derecho a planificar sus orgías sexuales haciendo desgraciadas a las mujeres para toda la vida.
Muchos casos quedan en la impunidad por vergüenza. No se puede pedir a la mujer tal resistencia, estas conductas no respetan la vida de las demás.
¿Qué mejor propiedad privada puede haber que defender la intimidad del propio cuerpo?. El bien nacido respeta y espera a que la mujer le dé consentimiento para llevar a cabo un acto sexual, que debe ser la máxima expresión de satisfacción para las dos partes.
Es la sociedad soberana según la Constitución, la que tiene el deber de manifestarse ante los abusos, sean de manadas, u otras manadas que nos representan cuando abusen del poder.

Contra los abusos de poder

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