El Parlamento no es patio de recreo

Si yo fuera presidente del Gobierno, daría instrucciones a todos los componentes del Ejecutivo para que solo se debatiera sobre la Pandemia. Tanto en el Parlamento, como fuera. Tiempo habrá para largarse escupitajos unos a otros. Ya hemos visto cómo se las gastan sus señorías, que da la impresión que no saben en qué consiste tal título. Aunque no es lo mismo que le llamen “marquesa” a una diputada, cuyo título le honra, como que ella le llame al adversario hijo de “terrorista”, en caso de que lo haya sido, ya que dicho título no es hereditario como el  marquesado. Al fin y al cabo  aún existe la nobleza en España y las clases sociales tal como está demostrado, con tales diferencias. La derecha representa unas clase  y la izquierda otras. 

El Gobierno entra al trapo de la derecha oportunista que nunca quiso reconocer la legitimidad de este Ejecutivo. 

Está claro que las competencias de sanidad corresponde a las comunidades autónomas, por lo que el Gobierno central no le pudo impedir ejercerlas anticipándose al coronavirus.  Ninguna lo hizo, pero las gobernadas por las derechas, unas más que otras, le echan la culpa de los muertos al Gobierno central con querellas por medio. 

Casado está poniendo como ejemplo a la Comunidad de Madrid para defender la presidenta Ayuso como modelo sanitario sabiendo que fue la peor de todas. Pudo poner otras comunidades gobernadas por su partido, Murcia, Galicia, y Andalucía .                                                                           
La oposición hay que ejercerla cuando toca y en este momento no nos interesan los ataques ni venganzas personales como se contemplan en los debates parlamentarios, que es el templo de la palabra y el uso de la razón. No están  dando ejemplo cívico a la juventud con sus virulentos ataques personales que nada resuelven  nada ni nadie interesa. Así vemos en las redes sociales los remedos de insultos que producen nuestras señorías que se parecen más a verduleras que a señorías. 

Así que les pido como ciudadano a los miembros del Gobierno que traguen sapos, que no hagan de oposición; que hagan las reformas con la responsabilidad que prometieron, que los llevó al poder. Y a la oposición, que se centre en fiscalizar al Gobierno tal como manda la democracia y el Estado de Derecho. Unos y otros no confundan las labores parlamentarias con el patio de recreo. 

Este país, según los votantes, pidió cambio y eligieron el Gobierno que hay. Los que están en la oposición no fueron capaces de formar Gobierno porque no le dieron los números. Pues ahora cumplan su honesto y eficaz papel para que, llegado el momento, puedan ser alternativa y formar Gobierno como ya lo fueron en otras ocasiones, y los más recientes en varias comunidades autónomas entre otras la Comunidad de Madrid. Pero, por favor, hagan oposición positiva para los españoles, que son la base de los partidos  políticos, que no se parezcan a los partidos de fútbol creando dos bandos violentos. Que jueguen al cual mejor sin trampas, sin insultos, calumnias y tomen en serio lo bueno que puede dar la política para todos. 

El Parlamento no es patio de recreo

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