La indiferencia de la Marea ante los grandes proyectos


OTRO año que se acaba y la estación intermodal sigue siendo una pura entelequia. A la xente do común se le debió alegrar el rostro cuando el nuevo ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, anunció que el AVE tampoco llegaría en 2018, pues así podían seguir amolando, pero a los dos días le tiró de las orejas Feijóo y prometió que se respetarían los plazos, con lo que la felicidad mareante se transformó en depresión. Un depresión similar a la que sufren los placeros del mercado de Santa Lucía y los vecinos de la zona, que también ven cómo se acaba el año y ni rehabilitación del edificio, ni centro de salud ni nada que se le parezca. ¿Alguien ha notado que la paralización de uno y otro proyecto haya causado la menor inquietud a Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira? Y si a él no le preocupa, ya no digamos a sus concejales. Lo malo es que no se trata de una cuestión de nervios de acero, sino de incapacidad para gobernar A Coruña.

La indiferencia de la Marea ante los grandes proyectos

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