lo de los hackers rusos trae a los gobiernos de medio mundo de calle. Hijos del KGB se han convertido en una especie de élite del pirateo, capaces de derrocar gobiernos o cambiar el resultado de unas elecciones. Son los reyes en los tiempos digitales en los que vivimos. Y menos mal, ya que sus homólogos pero a la vieja usanza, están, últimamente, mostrándose bastante torpones a la hora de ejecutar su quehacer. Así, hasta la Policía suiza ha sido capaz de detener a dos espías rusos que habían llegado a la cumbre de Davos con la intención de hacerse con valiosas informaciones. Lo más sorprendente fue su tapadera, ya que optaron por un disfraz muy original, se hicieron pasar por fontaneros.