RESULTA conmovedora la imagen de ver a los políticos catalanes posando mientras Carme Forcadell acude a contestar una pregunta al juez. Todos juntitos, desafiando a los elementos y tras unas letras en las que se puede leer “Democràcia”, por supuesto, con la tilde al revés para que quede claro que la democracia a la que ellos se refieren es a la catalana. La presidenta del Parlament ha asegurado que si se le ataca a ella se ataca a la institución y a su esencia. Una verdad a medias. En realidad a ella no se le ataca, lo único que se quiere saber es el motivo por el que ella, en su día, decidió saltarse a la torera una decisión del Tribunal Constitucional y, con ello, la propia Ley. Tal vez Forcadell crea que, por eso de ser catalana, está por encima de las normativas.