Muchos kilómetros lleva Avelino Barreiro a sus espaldas siempre montado en su inseparable bicicleta. Es por ello que conoce cada esquina de la comarca y, como no podía ser menos, de Vilagarcía. Cansado ya de ver el mismo panorama un día sí y otro también ayer mismo se plantó escobón en mano en la carretera de Bamio para barrer los arcenes que están llenos de gravilla. Para él esto es una auténtica trampa para los muchos ciclistas aficionados que circulan por este vial cada jornada. No es la primera vez que Avelino se muestra crítico con el estado de las carreteras o de las aceras e incluso de fincas al lado de las cuales suele circular. En esta ocasión ha decidido actuar y llevarse su propia escoba para limpiar los restos y evitar males mayores.