Acepta año y medio de cárcel tras ser sorprendido vendiendo droga en el muelle, donde simulaba que pescaba

Un vecino de Riveira, Rafael Ángel R.V., de 46 años y natural de Boiro, aceptó una condena de 18 meses de cárcel y una multa económica, por un delito contra la salud pública, en la modalidad de tráfico de drogas. El juicio estaba previsto que se celebrase hace unos días, pero ya no llegó a entrar en la sala de vista después de que su abogado llegase a un acuerdo de conformidad con la fiscal, que pedía para el procesado una pena de cuatro años de prisión y una multa de 822 euros, además de las costas judiciales. La consecuencia más inmediata de dicha decisión pasa porque esta persona logrará evitar la situación de estar entre rejas por esos hechos, debido a que carece de antecedentes penales.
Los hechos que se le imputaron tuvieron lugar en torno a las cinco y media de la tarde del 6 de agosto de 2014 cuando portaba con destino a su venta un total de 0,645 gramos de heroína con una pureza del 26,4%, valorada en el mercado ilícito en 75 euros, y 1,38 gramos de cocaína con una pureza del 63,17%, valorada en 199 euros. El Ministerio Fiscal señala que ese hombre era consciente del perjuicio que se causa a la salud pública y la de los consumidores de las citadas sustancias estupefacientes, y subrayó que previamente a su detención por parte de funcionarios de la comisaría riveirense del Cuerpo Nacional de Policía, ese individuo había realizado diversos actos de venta a varias personas, entre las que se encontraba una cuya identidad responde a las iniciales A.G.V.
El arresto de Rafael Ángel R.V. se llevó a cabo como consecuencia de la colaboración ciudadana, al aportar información relativa a una inusual y masiva afluencia de toxicómanos a la zona portuaria de Santa Uxía para la compra de drogas para su consumo propio, lo que hizo levantar las sospechas de la gente, además de las fuerzas de seguridad. A partir de ese momento, las unidades judiciales de la Policía Nacional riveirense iniciaron las pertinentes investigaciones, que incluyeron un seguimiento al sospechoso, para confirmar la veracidad de los hechos. 
Fruto de todo ello, los agentes pudieron comprobar que ese individuo acudió con una caña de pescar para fingir la práctica de deporte, pero realmente lo hacía para  atraer la atención de consumidores de drogas, con los que hablaba un rato y luego se intercambiaban cosas con las manos, que posiblemente fueran sustancias estupefacientes por un lado y dinero por el otro. La Policía Nacional dio por desarticulado un punto negro de venta de drogas en esa zona del muelle que estaba próxima a la nueva lonja.

Acepta año y medio de cárcel tras ser sorprendido vendiendo droga en el muelle, donde simulaba que pescaba

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