RIVEIRA - La Policía Nacional investiga si un vecino está implicado en un posible delito de corrupción de menores

Los riveirenses no dejan de salir de su asombro. Ayer se tuvo conocimiento en algunos pequeños círculos de la ciudad que la Policía Nacional había arrestado a un hombre de unos 34 años, que vive desde hace tiempo en la capital barbanzana, a donde llegó procedente de una parroquia de una vecina localidad, al que investiga por su supuesta implicación de un posible delito de corrupción de menores. Esta detención se suma a otra ocurrida a finales de enero de otro riveirense de 39 años bajo las acusaciones de tenencia y distribución de pornografía infantil, que ya fue condenado en dos ocasiones por la utilización de menores con fines pornográficos  y por provocación con una víctima que aún no había cumplido los 18 años.
Parece ser que en el caso de la presunta corrupción de menores, una chiquilla acudió recientemente a la comisaría de Riveira para denunciar que un individuo le ofreció cierta cantidad de dinero -se habla de unos 200 euros- por subirse con él a su coche, supuestamente para mantener relaciones sexuales. La muchacha no atendió a esa petición y se marchó del lugar, pero parece ser que tomó buena nota de algunos detalles que pudieron ser determinantes para que a media mañana de ayer, según algunos testigos, fuera detenido por efectivos de la Policía Judicial. En el momento de su arresto, el hombre conducía su coche, por lo que los agentes le dieron el alto y se pusieron a los mandos del vehículo hasta conducirlo a las cercanías de la comisaría.
Según pudo saber este periódico, parece ser que durante las últimas semanas pudieron presentarse otras denuncias contra ese mismo individuo por ofrecimientos similares, aunque en varios de los casos se trataba de personas mayores de edad, por lo que en esos casos no se trataría de delito alguno. Lo que por el momento se desconoce es si el hombre detenido pudo hacer un ofrecimiento del mismo tipo a más menores de edad. Al cierre de esta edición se especulaba con la posibilidad de que el detenido ya fuese puesto en libertad sin pasar por los juzgados, aunque el hecho de que el vehículo permaneciera en las inmediaciones de la comisaría hacía pensar en lo contrario, o que estuviera retenido por algún otro motivo.