La Prosperidad, un barrio de cine sin final feliz

La Prosperidad, un barrio de cine sin final feliz
Diario de Arousa-2014-04-20-008-7b83d71e

Si algo tiene Vilagarcía que la hace diferente es su espontánea capacidad para mezclar antagónicos entornos y ambientes. Una cualidad que mantiene con el paso del tiempo y que en su momento se plasmó en uno de sus barrios más emblemáticos, el de “la Prosperidad”. En la avenida que lleva a Carril se crió Pilar Buhigas que con los ojos de una niña  describe el escenario donde conoció el amor rodeada de vizcondesas y mantidas.
Todo empezaba en una pequeña laguna a donde iban a lavar la ropa. “Isabel Campos, Casilda, Nieves, la madre de Guillermo el de la notaría”, recuerda Buhigas, que señala que la primera casa era “la de Cachúmbala, luego estaba la de Olimpio Pérez Blanco y luego la nuestra, que también era de señor Olimpio pero mi abuelo, Luis García Reboredo Isla, la compró y la reformó. Le puso la terraza que da a la carretera e hizo la galería de atrás”. Más adelante estaba la casa de “la suegra de Poyán, que le llamaban Muñequita porque era muy guapa, y allí tiene venido de pequeña María Teresa Fernández de la Vega”. La vizcondesa de Llanteno, que “se pintaba las piernas y tenía una hija actriz” y las mantidas, que se alojaban en la planta de arriba de la casa de Enrique Campos eran otros de los personajes de un barrio de cine donde Pilar paseaba a las cabras de su tío y conoció a su marido, Ramón Gómez, vecinos puerta con puerta. Muchas de aquellas casas fueron víctimas de la piqueta o de las llamas. O de ambas. No hubo final feliz para “la Prosperidad”. n

La Prosperidad, un barrio de cine sin final feliz

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