Jorge Mario Bergoglio, un buen hombre

Jorge Mario Bergoglio, un buen hombre
El papa Francisco @ MASSIMO PERCOSSI (EFE)

El papa que hablaba español es también el que llegaba con su mensaje a todos los rincones. Siendo el máximo representante de la Iglesia católica, su figura trascendía la religión, por eso en los mensajes de duelo por su muerte se mencionaban sus valores, su lucha social, su humildad. Y su humanidad. El papa de la gente. Que lo mismo se proclamaba apasionado seguidor del San Lorenzo de Almagro que abría los brazos a quienes no viven según los cánones de la fe que personificaba. También intentó abrir mentes. Primero, de los que tenía más cerca, su propia Iglesia; y a partir de ahí, del mundo entero. El pontífice viajero quería conocer otras culturas y se interesaba por los desfavorecidos, como se esperaba de su condición, pero también por los cambios sociales o la ecología. No temía condenar las guerras ni abanderar causas más allá de las teológicas. Era, sobre todo, un hombre. Un buen hombre.

Jorge Mario Bergoglio, un buen hombre

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