Detectadas bastantes incoherencias en la reconstrucción de la muerte de Diana

Detectadas bastantes incoherencias en la reconstrucción de la muerte de Diana
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El jurado popular designado para deliberar y emitir un veredicto sobre José Enrique Abuín Gey, “O Chiclé”, en relación a los delitos que se le acusa de detención ilegal, agresión sexual y asesinato, tuvo la oportunidad de visionar los vídeos de la reconstrucción realizada el 15 de junio de 2018 sobre cómo ocurrieron los hechos según la versión ofrecida por el acusado. Fue en el transcurso de la 9ª sesión del juicio que se sigue en la sección compostelana de la Audiencia Provincial y en el que la fiscala Cristina Margalet les fue guiando sobre lo que iban viendo, con las aportaciones de dos de los guardias civiles que participaron en la misma, el capitán Ramiro González y el sargento Marcos Martínez, de la Comandancia de A Coruña. Ambos, que tras conocer las primeras informaciones temieron que se tratase de una desaparición forzada y solicitaron la intervención de la UCO, refirieron múltiples incoherencias y contradicciones en varias partes del relato ofrecido el ahora procesado.

Indicaron que la incongruencias empezaron en el primer escenario de A Pobra, por el lugar en donde Enrique Abuín les dijo que abordó a la joven madrileña y en el que había ido a robar gasóleo, pues donde el les decía que había un camión, la investigación realizada determinó que había una furgoneta Ford Transit de una feriante. También indicaron que fue durante esa recreación “O chiclé” fue introduciendo elementos nuevos, como que la muchacha intentó empujarle y que hizo un movimiento de mordida de la mano entre la mandíbula y el pescuezo. Añadieron que en el sitio donde el acusado les dijo que se produjo el encuentro con Diana estaba bien iluminado, con hasta cuatro farolas que funcionaban bien, mientras que donde los investigadores probaron que el acusado abordó a la chica -confluencia del Paseo do Areal con la Rúa Venecia- sólo había una situada a 40 metros de distancia.

Luego tuvo lugar el desplazamiento de la comitiva hasta la nave de Asados -cabe recordar que al pasar por el viaducto de la ría entre Cespón y Taragoña, Abuín Gey reconoció que arrojó por la ventanilla del copiloto el iPhone 6 de Diana Quer- continuaron los embustes. Uno de ellos fue que les dijo que tiró de unos cables y salieron sin más esfuerzo, sin tener que arrancarlos, pero añadió que esos iban con una “ficha”, pero se da la circunstancia de que era de datos y en ese tipo no existe tal conexión. Durante esa simulación les dijo que la arrojó al pozo para que no se encontrase el cuerpo y que le quitó la ropa para evitar que quedasen restos suyos, pero que no recordaba nada del sujetador, ni si le quitó la braga-tanga.

Los guardias civiles indicaron que en la fecha en la que se llevó a cabo la reconstrucción de los hechos según la versión del acusado, el nivel del agua del pozo -se alimenta de aguas subterráneas- estaba a 40 centímetros de la tapa y el día del levantamiento del cadáver esa distancia era menor, refiriendo que eran cuatro dedos, mientras que el 1 de agosto el agua estaba a un metro de distancia de la boca del aljibe, con lo que tendría más problemas para realizar el depósito del cuerpo y lastrarlo con bloques de adobe.

Y otra de las contradicciones llegó en el tercer escenario ofrecido por Enrique Abuín, que no era otro que la explanada de Esclavitud, donde se hallaba el contenedor de basura en el que a la mañana siguiente acudió a deshacerse de la ropa de Diana. Inicialmente les dijo que ese recipiente estaba junto un desguace, pero allí no encontraron nada, aunque les dijo que siguieran un poco. Les dijo que en el sitio que les marcó había un contenedor de cuerpo gris o crema y tapadera verde, pero allí había uno verde y estaba en la esquina contraria.

Detectadas bastantes incoherencias en la reconstrucción de la muerte de Diana

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