Ahorra en tu factura instalando una caldera de condensación

Ahorra en tu factura instalando una caldera de condensación
caldera condensación

Desde que se introdujeron por primera vez en el mercado en la década de 1980, las calderas de condensación han sido infravaloradas por la gran falta de conocimiento de todas sus ventajas.

Sin embargo, el uso de calderas de condensación es ahora fuertemente alentado por los organismos gubernamentales y grupos medioambientales, ya que ofrecen una alternativa más eficiente energéticamente a los sistemas de calefacción convencionales, una de las principales ventajas de una caldera de condensación.

¿Qué es una caldera de condensación? Se podría definir como un calentador de agua de alta eficiencia energética, con un coste de combustible y de funcionamiento considerablemente más bajo que una caldera clásica.

Comprar calderas de gas en Barcelona es ahora mucho más fácil; de hecho, desde septiembre de 2015 (fecha de entrada de la nueva ERP) se prohíbe la  fabricación de calderas atmosféricas, estancas clásicas, y estancas de bajo NOx. Esto quiere decir que a partir de ahora, solo se fabricarán calderas de condensación.

El principio de funcionamiento de una caldera de condensación se conoce desde hace cien años, pero no ha sido hasta hace unos años que ha sido posible utilizarlo de manera efectiva en aparatos de calefacción domésticos o industriales, impulsado por las últimas innovaciones tecnológicas en el campo del diseño de aleaciones resistentes al acero y al acero inoxidable.

En un sistema de calefacción convencional (calderas de gas por ejemplo) la mayoría de los productos de combustión (gases calentados) pasan a través de la superficie de intercambio de calor de la caldera, pasando la energía generada al sistema de distribución de calor, calefacción por suelo radiante, radiadores, etc.

Posteriormente, los gases de combustión se liberan a la atmósfera a través de la salida de humos de la caldera. Por lo tanto, se pierde una cierta cantidad de calor porque, junto con los gases, se está expulsando una cantidad considerable de vapor que se forma durante el proceso de combustión (debido al agua contenida en el gas natural en su estado inicial).

El vapor liberado transporta una cantidad de energía de evaporación sin explotar, que las calderas convencionales no pueden usar, y algo que una caldera de condensación es capaz de convertir en calor adicional.

¿Cómo funciona una caldera de condensación?

Mientras que una caldera convencional proyecta cualquier exceso de calor de su combustión a la atmósfera, una caldera de condensación recupera la mayor cantidad posible de ese calor residual, y lo usa mucho más eficientemente.

Esto se debe a que el modelo de condensación utiliza un intercambiador de calor extra grande que, durante el proceso de condensación, maximiza la transferencia de calor desde el quemador. El calor producido por los gases de combustión puede ser recuperado por el intercambiador de calor, reciclando efectivamente la energía.

Prácticamente cualquier caldera de condensación tiene, por lo tanto, una mejor eficiencia operativa que un modelo convencional sin condensación.

Beneficios de la caldera de condensación

Hay dos beneficios principales que se obtienen al usar una caldera de condensación: una factura de gas más baja, y una huella de carbono reducida.

Dado que las calderas de condensación son mucho más eficientes que sus contrapartes convencionales al convertir el combustible en calor utilizable, se necesita menos combustible para calentar el agua y el hogar.

Esta eficiencia equivale a un ahorro considerable al año en las facturas de gas, en comparación con un diseño sin condensación.

Este ahorro de combustible también beneficia al medio ambiente, ya que las calderas de condensación pueden reducir significativamente sus emisiones de carbono. Reemplazar una caldera convencional por una de condensación, ahorrará aproximadamente 1220 kg de CO2 cada año.

Algunos fabricantes de calderas de condensación también afirman que se puede lograr hasta un 98% de eficiencia térmica con un modelo de condensación, en comparación con el 70-80% logrado con diseños clásicos.

Otro de los beneficios de las calderas de condensación es el ahorro de espacio. Tienen un tamaño más compacto, lo que los hace mucho más elegantes y convenientes para instalar en cualquier sitio.

Además, todas las calderas nuevas están equipadas con un intercambiador de calor de acero inoxidable, para que no se corroa con el tiempo. Los controles son más sencillos, no necesitan un temporizador, ya que automáticamente producen agua caliente cada vez que se abre un grifo o se activa el termostato.

Ya sea que se ejecute en modo condensación o no, una caldera de condensación siempre tendrá un 15-30% más de eficiencia energética que su contraparte convencional, ayudando a los propietarios a reducir sus facturas de gas, y limitando el impacto que la calefacción doméstica tiene en el medioambiente.

Si quieres empezar a ahorrar cambiando tu antigua caldera, es recomendable contratar una empresa cualificada que realice la instalación de calderas de condensación de forma correcta, sin duda alguna será una inversión confiable, rentable y eficiente para tu hogar.

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