A Ribeira le ha vuelvo a sonreír la diosa fortuna en los juegos de azar. El sorteo de la Primitiva del pasado sábado dejó en la capital barbanzana uno de los cuatro premios económicos de segunda categoría -los otros tres fueron sellados en Santa Coloma de Gramanet y Pineda de Mar (Barcelona y otro por Internet-, de 48.660 euros, que le correspondieron a la poseedora de un boleto que contenía cinco aciertos y el complementario, después de que la combinación ganadora resultase ser la formada por los números 12, 25, 43, 44, 45 y 49, mientras que el complementario fue el 27 y el reintegro el 4. No hubo ningún acertante de la categoría especial, de 6 aciertos y el reintegro, mientras que hubo dos premiados de primera categoría (6 aciertos), que perciben cada uno 600.150 euros.

Durante el fin de semana ya empezó a comentarse que por la ciudad que alguien que selló su boleto en la Administración de Loterías Número 2 de Ribeira, que regenta el joven David Martínez Paz en el bajo del número 6 de la Rúa Santa Uxía. El lunes por la mañana, al abrir ese despacho fueron varias personas las que fueron a comprobar si era su boleto el premiado, pero no aparecía el agraciado. Hasta que llegó el momento en que, quien menos pensaba que le habría tocado se llevó la buena noticia. Se trataba de un boleto cuya dueña cubre semana tras semana con los mismos números, con la esperanza de que algún día le toque, pero con poca confianza. Sin embargo, a partir de ahora empezará a creer algo más en la suerte.

Al introducir el boleto de cinco apuestas en la máquina para comprobar los premios, David Martínez descubrió que  una ribeirense humilde era la premiada. Así, le dijo que entrara en la oficina y le enseñó el cartel que le llevaron desde la delegación coruñesa de Loterías y Apuestas del Estado con la comunicación del premio y le dijo que eso era suyo. La mujer, de mediana edad, se empezó a poner muy nerviosa y él le pidió que se relajase y le añadió que, si lo quería, la acompañarían al banco para que le ingresasen el dinero. Sucedió de inmediato pues, pese a que ella no tenía cuenta en esa entidad, le abrieron una y no tardaron lo más mínimo en que esos 48.660 euros pasaron a pertenecer a esa ribeirense, que prefiere permanecer en el anonimato.